Ciudad de México.– En medio de bordados con árboles, pancartas hechas a mano y una fuerte indignación, vecinas y vecinos de la alcaldía Benito Juárez alzaron la voz este fin de semana contra lo que consideran una amenaza directa a su entorno: la construcción de un supermercado Fresko en la calle José María Rico, justo en pleno Eje 8 Sur.
“No lo necesitamos, estamos rodeados de supermercados”, dice con firmeza Federico Fernández, residente de la calle Moras. Como él, decenas de habitantes de las colonias Acacias, Tlacoquemécatl, Del Valle Sur y Actipan se dieron cita en el parque Acacias para frenar un proyecto del que –afirman– ni siquiera fueron informados.
Y es que el descontento no solo tiene que ver con el supermercado, sino con lo que representa: tala de árboles, pérdida de áreas verdes, colapso urbano, y sobre todo, más presión sobre un acuífero que ya da señales de agotamiento.
“Con cada centro comercial perdemos más árboles y más vida natural. Parece progreso, pero nos cuesta demasiado”, expresó María, quien ha vivido más de dos décadas en la zona. En su testimonio se mezclan la nostalgia y la indignación.
La situación es crítica. El suelo del predio que servía para la filtración de agua ya fue removido, y los pozos que abastecen al parque Acacias y al CUPA están en riesgo. “En el pasado ya tuvimos sequías severas aquí. ¿Vamos a repetir los errores?”, cuestiona Dora Napolitano, habitante y activista.
Pese a la insistencia vecinal, aseguran que ni la alcaldía ni los responsables del proyecto han dado explicaciones claras. “Todo ha sido opaco, evasivo. Nadie nos informa nada y no hemos visto un solo permiso oficial”, denuncian.
Con su protesta, esperan frenar el proyecto o al menos forzar un diálogo abierto, con la esperanza de que su barrio no sea víctima más de un desarrollo que ignora la voz de quienes lo habitan.