Tulum en Red & Cdmx Press.-
Por Héctor Valdez
La muerte de policías en nuestro Estado, se ha convertido en algo frecuente, e independientemente de las opiniones donde inclusive algunas personas manifiestan frases como: “seguro era corrupto”, ”seguro no lo mataron por ser buena persona ” , “una rata menos”, entre otras que demuestran la poca empatía que se tiene con los servidores públicos encargados de la seguridad de nuestra población, los homicidios en agravio de policías sin importar si son Policías Preventivos o Ministeriales, acarrea graves consecuencias para la sociedad.
La muerte de policías derivado de actos de la delincuencia, incrementa entre los ciudadanos el temor fundado de sentir que su integridad está en riesgo permanente, toda vez, que si, a un policía le arrebatan la vida de manera tan impune, los ciudadanos no podemos sentirnos seguros.
La muerte de ninguna persona se debe tratar como algo sin mayor importancia, y en este caso la muerte de policías en nuestro Estado no debe de trivializarse, ya que, cómo exigirles que nos protejan, si las instituciones para las cuales prestan sus servicios y desde luego el Estado en general no es capaz de protegerlos.
Al referirme a protegerlos es en el sentido de que cuenten con los instrumentos adecuados para enfrentar a la delincuencia de manera tal que no se encuentren en desventaja.
Requieren de mandos que no sólo lo sean en el papel, sino que sean verdaderos líderes, que no actúen como si se tratara de operar una maquinaria, que entiendan que dirigen a seres humanos que a su vez se dedican a servir a otros seres humanos, que los valores y respetos a sus derechos son aplicables para unos y otros, que sepan trabajar en equipo por el bien de nuestra comunidad