Lo que suceda en un concierto masivo en el Zócalo o durante una emergencia, como un sismo, tendrá un nuevo registro de vigilancia en la Ciudad de México por la renovación de drones que realiza este año el C5.
Cuando los eventos masivos se agendan en la capital del país, se deben aplicar protocolos de seguridad y protección civil, mismos que ahora suman a un mejorado aliado con el vuelo de dos drones que controla la dependencia encargada de video monitorear a la ciudad.
Este diario conoció a través de la Plataforma Nacional de Transparencia, sobre el proyecto para renovar este equipo, una adjudicación directa que se llevó la empresa Dronamex, propiedad del abogado y consultor Rodrigo Soto-Morales, por 311 mil 122 pesos.
Pero, ¿para qué necesita la ciudad renovar un dron? Sánchez Suárez detalla que, ahora la capacidad de video mejoró, el peso de la nave es más ligero y su operación es mucho más sencilla gracias a la conexión que ofertan las nuevas tecnologías.
Desde el C5 hay dos maneras de usarlos: para eventos programados y para emergencias.
“En un concierto masivo en el Zócalo, en la pasión de iztapalapa, en la Basílica de Guadalupe el 12 de diciembre, donde tenemos grandes cantidades de gente concentradas y entonces si, tenemos misiones de vuelo para reconocer accesos y salidas de toda la gente y que no se excedan umbrales que ya son de riesgo. Siempre los operamos en conjunto con la policía, Protección Civil. Depende del evento y de las autoridades de la alcaldía para que con esta información ellos puedan tomar decisiones
“El otro es en emergencias mayores: cuando hay colapso de edificio, incendio, sobre todo en incendios forestales son útiles para ver sin el riesgo que conlleva un helicóptero por el movimiento que generan, delimitar la zona de riesgo. Entonces lo mismo, ponemos la tecnología y quienes operan toman las decisiones”, cuenta.
Pero con la llegada de este nuevo equipo, también aterriza un nuevo obstáculo: la nueva regulación federal que entró en vigor en enero pasado. La NOM-107 establece rangos para operar un dron, conocido oficialmente como sistema de aeronave pilotada a distancia (RPAS), y la Ciudad de México se ve restringida en las inmediaciones del aeropuerto internacional.
Hasta diciembre del año pasado, existían cuatro drones que trabajaron desde 2009 en esta labor. Eran de uso militar, alemanes y los adecuados para el trabajo pues hace 10 años no existía tanta tecnología. Sin embargo, excedieron el tiempo útil que tenían, las horas de vuelo y de a poco se convirtió en un riesgo sacarlos a misión.
Juan Antonio Sánchez Suárez, Director General de Administración Operativa del C5, cuenta en entrevista con El Sol de México que las últimas dos misiones de estos drones militares registraron en sus bitácoras que ya no pudieron volar porque el riesgo de que se vinieran abajo era alto.