
China ha reaccionado con inusitada furia y rapidez a las renovadas dudas de Estados Unidos sobre el origen de la pandemia, luego de informar The Wall Street Journal sobre al menos tres trabajadores del Instituto Virológico de Wuhan que tuvieron que ser hospitalizados en noviembre de 2019, justo antes de que se anunciaran los primeros casos de COVID-19 en esa ciudad.
El portavoz del Ministerio de Exteriores de China, Zhao Lijian, cerró este jueves cualquier posibilidad de permitir el ingreso de expertos estadounidenses en el controvertido laboratorio de Wuhan, un día después de que el presidente Joe Biden ordenara a los servicios de inteligencia de EU que le presentaran un informe -en un plazo de 90 días- para verificar si el virus se escapó del laboratorio de Wuhan o pasó de un animal a un humano, como sostiene Pekín y la Organización Mundial de la Salud (OMS).
«¿Cómo puede alguien confiar en los resultados de una ‘investigación’ realizada por un órgano de inteligencia que no tiene credibilidad?», se preguntó el vocero de la cancillería china, tras recordar que la Inteligencia estadounidense tiene “notorio y oscuro historial” de difusión de bulos.
Zhao recordó al respecto la famosa “probeta con polvo blanco”, que en 2003 fue presentada ante el Consejo de Seguridad de la ONU por Colin Powell, entonces secretario de Estado de EU, como prueba de la presencia de armas químicas en Irak, para justificar la posterior invasión en el país árabe.
¿Y si el origen fue EU?
En un intento de despejar dudas sobre la presunta culpabilidad china por el brote pandémico que comenzó en Wuhan, el portavoz de la cancillería pidió a Estados Unidos que proporcione información sobre el «brote inexplicable» de enfermedades respiratorias y el importante número de casos de una dolencia pulmonar que se registraron en 2019 en la nación norteamericana.
«¿Qué secretos se esconden en el laboratorio militar Fort Detrick (en Maryland) envuelto en sospechas?», cuestionó Zhao y lamentó que las autoridades estadounidenses no tengan «ningún interés en un estudio científico serio de los orígenes» del covid-19.
«Su único objetivo es utilizar la pandemia para perseguir la estigmatización y la manipulación política para echar la culpa» a Pekín, denunció. También pidió a EU que reflexionara sobre su propio papel en la pandemia, puesto que es el país con mayor número de contagios y muertes.
El enojo chino también se sintió en Washington, donde un comunicado de la embajada lamentó que, sin nombrar a Biden, “algunos se hayan obsesionado con la manipulación política y el juego de culpas, ignorando la urgente necesidad de su pueblo de combatir la pandemia y la demanda internacional de cooperación en este frente, que ha provocado una trágica pérdida de muchas vidas».
Los juegos militares de Wuhan.
Ya desde el año pasado, la diplomacia china intentó contrarrestar la agresiva retórica antichina del entonces presidente Donald Trump, quien se refería al coronavirus como el “virus chino” y acusaba a las autoridades de Pekín de silenciar el brote de Wuhan y no haber impedido que se expandiera por todo el planeta.
Fue el propio vocero de la cancillería, Zhao Lijian, quien se encargó de difundir a sus más de 300 mil seguidores en Twitter un video de Robert Redfield, director de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EU, dirigiéndose a un comité del Congreso de EU el 11 de marzo de 2020, el mismo día que la OMS declaró la pandemia.
En el video, Redfield reconoció que muchas muertes por influenza en EU se identificaron más tarde como casos de COVID-19.
Redfield no dijo cuándo habían muerto esas personas o durante qué período, pero Zhao hizo sus comentarios para respaldar una creciente teoría de conspiración de que el coronavirus no se originó en Wuhan, en el centro de China. Sin embargo, no ofreció ninguna otra evidencia para esta afirmación.
“Los CDC fueron atrapados en el acto. ¿Cuándo comenzó el paciente cero en EU? ¿Cuántas personas están infectadas? ¿En qué hospitales? Puede que haya sido el Ejército de EU el que trajo la epidemia a Wuhan. ¡EU nos debe una explicación!”, dijo el funcionario, en alusión al supuesto “incidente” ocurrido en el laboratorio militar de Fort Detrick
Cientos de atletas del Ejército de EU estuvieron en Wuhan para los Juegos Mundiales Militares en octubre de 2019, fecha en la que el coronavirus aparentemente estaba circulando silenciosamente en la ciudad de diez millones de habitantes.
Ante el caos, más investigación
El pasado 13 de mayo, un grupo de científicos de la élite mundial pidió “una auténtica investigación” sobre el origen de la pandemia de covid y ha defendido que, en contra de las conclusiones de la OMS, aplaudidas por China, “sigue siendo posibles tanto la teoría de un escape accidental de un laboratorio”.
Los autores critican abiertamente el informe de la misión conjunta de la OMS y China, país que persiguió y encarceló a los primeros que dieron la señal de alarma sobre un virus desconocido y letal en Wuhan, y que se resistió durante meses a la entrada de expertos inmunólogos al país. Cuando finalmente lo permitió fue bajo sus condiciones.
Tras concluir la misión de la OMS en Wuhan, en febrero, el científico-jefe, el danés Peter Ben Embarek, concluyó que es “extremadamente improbable” que el virus saliera de un laboratorio. Su hipótesis principal es que el nuevo coronavirus se originó en los murciélagos y saltó a las personas a través de una especie animal intermedia.
Los 18 científicos opinan que no hay pruebas para afirmar esto y recuerdan que el equipo chino se encargó de preparar la información y las muestras que luego fueron analizadas por los expertos de la OMS. La posibilidad del escape de un laboratorio solo se contempló en cuatro de las 313 páginas del informe final, lamentan los 18 firmantes. El Instituto de Virología de Wuhan, sobre el que recayó la sospecha desde un principio, está a 14 kilómetros del mercado de Huanan, el señalado como foco inicial de la pandemia.