Con el objetivo de fortalecer el diálogo con la ciudadanía sobre la Reforma Judicial, el pasado domingo se llevó a cabo una asamblea en Chilpancingo, Guerrero. En este evento, que tuvo como eje principal la transparencia e imparcialidad en el sistema judicial, se expusieron los aspectos más relevantes de la reforma, incluyendo la reconfiguración de la Suprema Corte y el proceso de elección de jueces y magistrados programado para el 1 de junio de 2025.
Durante su intervención, la consejera de la Judicatura Federal subrayó la importancia de este proceso transformador, que busca acercar la justicia a la ciudadanía y garantizar que los cambios estructurales respondan a los anhelos de un país más justo.
Uno de los puntos más destacados de la reforma es la creación del Tribunal de Disciplina Judicial, un órgano independiente que sustituirá al actual Consejo de la Judicatura Federal en materia disciplinaria. Este tribunal tiene como propósito principal garantizar una mayor agilidad en los procedimientos, evitando retrasos que, en algunos casos, han durado hasta cuatro años. La eficiencia en la resolución de quejas y la investigación de faltas administrativas será un eje prioritario, lo que permitirá una rendición de cuentas más efectiva y transparente.
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El Tribunal de Disciplina Judicial se encargará de analizar e investigar denuncias contra jueces y magistrados, asegurando que el sistema judicial funcione con probidad y respeto hacia la ley. Este nuevo esquema incluye salvaguardas importantes para garantizar que las decisiones judiciales continúen siendo independientes, imparciales y apegadas al derecho. Las garantías jurisdiccionales no serán vulneradas, y los procedimientos disciplinarios se llevarán a cabo con estricto respeto a los derechos de los involucrados.
Se han identificado varias áreas de mejora respecto al funcionamiento actual. Por ejemplo, la lentitud en el trámite de quejas ha sido un problema recurrente. En el modelo propuesto, el Tribunal de Disciplina Judicial implementará procesos más ágiles y eficaces, promoviendo un enfoque preventivo que permita detectar y atender posibles irregularidades antes de que se conviertan en problemas mayores. Asimismo, el sistema será más eficiente al evitar la acumulación de expedientes que, en la actualidad, dificultan una resolución oportuna.
La Reforma Judicial también prevé la creación de un Consejo de Administración que se encargará de la gestión operativa de los recursos del Poder Judicial, incluyendo los vinculados con la Suprema Corte, el Tribunal Electoral y el propio Tribunal de Disciplina Judicial. Este esquema asegura una división de funciones más clara y fomenta una mayor autonomía de cada órgano. La independencia interna se ve fortalecida al separar las funciones disciplinarias de las administrativas, evitando conflictos de interés y mejorando la eficacia institucional.
Este cambio estructural es, sin duda, una oportunidad histórica para responder a las demandas ciudadanas de justicia pronta y expedita. Aunque el proceso implica ajustes importantes, confío en que las y los jueces profesionales que han dedicado sus vidas al servicio público estarán a la altura de los retos y continuarán fortaleciendo la confianza de la sociedad en el Poder Judicial.
Finalmente, la consejera Maya García agradeció la participación activa de la ciudadanía en estos espacios de diálogo y reflexión. La construcción de un sistema judicial más justo e independiente es una tarea colectiva que requiere el compromiso de todos.
«Estoy convencida de que los cambios que trae consigo la Reforma Judicial marcarán el inicio de una nueva etapa en la administración de justicia en México, basada en los principios de imparcialidad, transparencia y equidad», concluyó.