Por Alex Villegas…
El ciudadano presidente insiste en que se rifará el ex avión presidencial, y no dinero, lo que por sí solo constituye una falsedad, que pone en duda su compromiso de no mentir.
En los hechos, puede ser sano y hasta agradable para el pueblo bueno que trate de exhibir excesos en el ejercicio del poder, a través de la proyección de imágenes del interior del avión.
Sin embargo, de ahí a que insista en que se rifará el avión, hay una enorme distancia.
Ello constituye una acción cosmética, agradable al oído, pero poco efectiva en materia de combate a la corrupción.
Esta acción, realizada cuando la pretendida rifa parece estar a la vuelta de la esquina, mediante un video difundido en sus redes sociales, encuadra más en el esquema de acciones de propaganda que buscan reforzar la imagen de que se combate a fondo la corrupción cuando no hay, a casi dos años de gobierno, un solo sentenciado y mucho de lo que se ha subastado, sin duda, por no decir todo fue incautado o recuperado en las administraciones pasadas.
Por otra arte, ahora el ciudadano presidente nos muestra su faceta de juez social, al dictar desde Palacio Nacional el rumbo que deben seguir los casos de Emilio Lozoya y los videos en los que su hermano Pío, aparece recibiendo dinero.
Pide que la denuncia de Lozoya sea conocida por todos los mexicanos, en tanto que sugiere que los implicados en video de su hermano comparezcan ante las autoridades.
En paralelo, marca la ruta del eventual juicio a los ex presidentes, sin precisar quiénes serían enjuiciados y por qué, al tiempo que anticipa que en la consulta popular votaría en contra.
En tanto, poco o casi nada se hace para reconocer la grave situación que prevalece en el país, en el campo de la economía y los contagios-decesos por la pandemia de COVID-19.
Evidentemente, la falsedad de la realidad nacional que aprecia el ciudadano presidente es evidente, porque contrasta con la que aprecia el grueso de la colectividad, cuya calidad de vida está más que en entredicho.
Educación
Los mandatarios estatales tienen ante sí, un panorama más que complicado, frente al inicio del ciclo escolar.
No sólo por determinar en que momento se retomará la opción de cursos presenciales, sino por tratar de garantizar que los integrantes de los sectores marginados de la sociedad, accedan a la educación.
Y ante ello, no queda más que reflexionar sobre la forma en que se degradará aún más la calidad de la educación que reciben, y la forma en que ello incidirá, en el mediano plazo, en sus posibilidades de acceso a un mejor nivel de vida.
De poco sirve tener presente que la educación es un elemento primordial de la movilidad social, cuando el acceso a ella y su calidad, están en entredicho.
Sin duda, en este rubro, México como país tiene uno de sus retos más severos.