María Esther Beltrán Martínez Fotos: J.Carlos Santana
Andalucía, España.- Toulouse- Lautrec y el Circo es el título de la exposición que se exhibe en el Museo Carmen Thyssen de Málaga. Incluye cuarenta y seis obras sobre papel que recogen imágenes de los espectáculos circenses que proliferaron en la capital francesa a finales del siglo XIX.
Lourdes Moreno, directora artística del museo y curadora de la exposición explica que la exposición se centra en las treinta y nueve estampas que conforman la serie Au cirque [En el circo], editadas entre los años 1905 y 1931 a partir de dibujos realizados por Lautrec en 1899, junto a otras ilustraciones del mismo asunto, publicadas en la prensa de la época o en otros portafolios, como la famosa Clownesse Cha-U-Kao. Todas las obras proceden de la colección de Jean Pierre Gimbergues.
Moreno nara que “Además de magnífico dibujante, Toulouse-Lautrec es un gran publicista, en cuanto a la capacidad que tienen sus obras de llamar la atención mediante la concisión, el impacto o la provocación. Afanado en el diseño de carteles publicitarios durante la edad de oro de la imagen impresa de Francia, puede decirse que contribuyó como ningún otro a que la litografía publicitaria se elevase de medio popular a gran arte. Y su estilo, sencillo y bidimensional, pero abrumadoramente moderno, con planos de color amplios y homogéneos, potentes silueteados y encuadres entre siluetas y masas, entre zonas claras y oscuras, entre la profundidad y los primeros planos”.
Comenta que Toulouse, el pintor de la bohemia, de las escenas de baile y cabaret y los bajos fondos parisinos de finales del siglo XIX, de memoria dibujó diversas escenas de espectáculos circenses durante su ingreso en Neuilly, a las afueras de París.debido a una crisis provocada por sus enfermedades y adicciones.
“Con treinta y nueve dibujos, testimonio de la capacidad creativa del artista y su extraordinario talento, decía Lautrec haber «comprado mi libertad» para abandonar el sanatorio, aunque sus problemas de salud continuarán, provocando su fallecimiento con 36 años, en 1901. Con esta serie, rememora una infancia abarrotada de caballos –de los que su padre era un apasionado- y la nostalgia de un paraíso circense y de la vida en Montmartre, de la que conserva vivos recuerdos. Y ahí quedan, perfectamente reconocibles, el jefe de pista Monsieur Loyal y los espectáculos ecuestres del circo Fernando; los clowns Foottit y Chocolat, la bailarina Cha-U-Kao y los animales amaestrados del circo Nouveau; las equilibristas del Jardin de Paris, etc. Y como espectadores al borde de la pista o entre bambalinas, el público se siente partícipe de un espectáculo fabuloso”.
A la muerte de Toulouse- Lautrec los dibujos, hoy dispersos en varios museos y colecciones, pasaron a manos de su gran amigo Maurice Joyant, crítico, marchante de arte y apoyo incondicional de Lautrec, cuyas primeras exposiciones organizó. A instancias suyas se publicarían en los años siguientes. Unos pocos vieron la luz en Le Figaro Illustré en 1902, y el conjunto completo se editó, bajo el título Au cirque [En el circo] en dos tiradas, una en 1905 a cargo de éste y de Adolphe Goupil, célebre marchante y editor de estampas, y otra en 1931, también por iniciativa de Joyant, fallecido el año anterior y que la imprenta parisina Librairie de France llevó a cabo.
La exposición ofrece una visión de obras inéditas que reafirma el talento de Toulouse, además de conocer un poco más de su vida que si bien pertenecía a la burguesía en sus obras se manifiestan todas las clases sociales que existían en el París que vivió con intensidad.