El aumento anual del monto de recursos destinados al pago de pensiones, que asciende a 3.5% del producto interno bruto (PIB); el costo financiero de la deuda, que es del orden de 11.4% del PIB; y los recursos que se destinan a los estados, dejan un espacio fiscal muy reducido para las finanzas públicas del país.
Este panorama no es ajeno a las autoridades hacendarias mexicanas quienes han señalado que en 2022 iniciará un proceso para integrar una Reforma Fiscal; sin embargo, integrar cambios en está área ya era urgente desde hace dos años; advierte Adrián García Gómez, investigador del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP).
“Los últimos cambios importantes que se hicieron en materia fiscal fueron en 2014, los cuales aumentaron la recaudación en cierta medida, pero a partir de ese punto la recaudación se ha estancado a niveles de 13% del PIB, si a eso le sumamos los ingresos son bajos y hay gastos que son ineludibles, pues los recursos que quedan para enfocar en la política pública, inversiones, programas sociales es muy pequeño y se necesitan mayores recursos para realizar esto”, advierte el especialista.
El gobierno de Andrés Manuel López Obrador, durante sus primeros meses de gestión, ya ha puesto en marcha una serie de reformas enfocadas en “cerrar los huecos” que permiten la evasión fiscal, como la serie de reformas aprobadas recientemente para equiparar la presentación de facturas falsas con la delincuencia organizada, la iniciativa para prohibir las condonaciones fiscales y otras medidas integradas en el Paquete Económico 2020. Sin embargo, estas siguen siendo insuficientes para aliviar las presiones de las finanzas públicas.
Una reforma fiscal integral deber de contener una revisión a las deducciones del Impuesto Sobre la Renta, (ISR) el aumento a impuestos sobre las ganancias de capital, es decir, los gravámenes que se enfocan en el beneficio obtenido por la venta de un activo; impuestos ambientales; además de un pacto fiscal entre federación y estados para otorgar incentivos a quienes obtengan mayor recaudación local.
El incremento a diversos impuestos será un punto esencial de esta reforma pese a que signifique desobedecer uno de las principales promesas del gobierno de López Obrador.
“El gasto en pensiones representa 4.2% del PIB y se va incrementando cada año, la recaudación total del IVA se estima que va a ser 3.9% del PIB, las pensiones se comen todo el IVA y todavía falta para completarlas y año con año se van a ir incrementando. El panorama no luce muy alentador en cuanto al espacio fiscal si de alguna manera no se logra incrementar”, advierte.
Los ingresos estimados para 2020 en la Ley de Ingresos de la Federación (LIF), aprobada el viernes pasado por los integrantes de la Cámara de Diputados, ascienden a 6 billones 103,836 millones de pesos.