Bournemouth. [AFP]. La ola de calor que azota Europa empujó a los británicos a las playas en masa este jueves, lo que llevó a las autoridades locales a llamar a la policía para dispersarlos debido a la pandemia de coronavirus .
En el día más caluroso del año en el Reino Unido, la temperatura alcanzó los 33,3 grados centígrados en el aeropuerto londinense de Heathrow.
Pese a la consigna de mantener las distancias para evitar la propagación del COVID-19, las multitudes llenaron las playas y el ayuntamiento de Bournemouth, ciudad costera del sur de Inglaterra, declaró un “incidente grave”, lo que desencadenó una respuesta coordinada de policía y servicios de rescate.
En un comunicado, el ayuntamiento deploró la actitud “irresponsable” y “chocante” de los bañistas.
Las autoridades locales emitieron más de 500 multas por estacionamiento ilegal y se enfrentaron a infracciones de la prohibición de acampar y a abusos verbales por parte del público.
El jueves por la mañana se recogieron en las costas de la localidad más de 33 toneladas de basura.
“No estamos en condiciones de recibir tantos visitantes en este momento (…) por favor no vengan, no estamos listos para recibirlos”, suplicó la alcaldesa, Vikki Slade.
Las autoridades sanitarias británicas recomiendan actualmente mantener una distancia de dos metros entre personas para evitar la propagación del nuevo coronavirus, que ha causado más de 43.000 muertes en el Reino Unido.
Esta distancia se reducirá a un metro para permitir que los pubs, restaurantes, peluquerías y cines vuelvan a abrir sus puertas el 4 de julio, pero sólo si se ponen en práctica medidas para reducir el riesgo, como equipos especiales de protección o ventilación.
“Seguimos en una crisis sanitaria y el gran número de personas que visitan nuestra zona aumenta la presión sobre nuestros servicios de rescate”, dijo Sam de Reya, de la policía local.
El calor ha sacudido con fuerza gran parte de Europa esta semana, con temperaturas superiores a los 30 grados en los países escandinavos.