Madrid. Los españoles acudían a las urnas este domingo por cuarta vez en cuatro años, en un ambiente crispado por el bloqueo político crónico y una crisis catalana que ha alimentado a la extrema derecha de Vox.
Seis meses después de las legislativas de abril, que ganó sin mayoría absoluta, el presidente socialista Pedro Sánchez volvió a pedir la confianza de los 37 millones de electores para poner fin a cuatro años de inestabilidad.
Tras votar en Pozuelo, noroeste de Madrid, Sánchez animó “a todos los ciudadanos a votar [para] que a partir del día de mañana podamos tener la estabilidad necesaria para poder formar gobierno y poder poner a España en marcha”.
Sin embargo, los sondeos apuntan a que volverá a ganar pero quedándose muy lejos de la mayoría absoluta, necesitando de los apoyos de otros partidos para ser investido y luego sacar adelante las leyes.
En esta jornada electoral, que discurrirá hasta el cierre de los colegios a las 19:00 GMT, el conservador Partido Popular (PP) espera recuperarse del descalabro de abril (66 escaños, su peor resultado), y la gran sorpresa sería la extrema derecha de Vox, que podría erigirse como tercer grupo parlamentario, duplicando los 24 asientos actuales.