CIUDAD DE MÉXICO, 14 de marzo de 2022.- Tras visitar el sitio de disposición final de palmeras retiradas de las alcaldías Miguel Hidalgo, Cuauhtémoc, Benito Juárez y Coyoacán, para supervisar el procedimiento y tratamiento biológico que se da a los residuos vegetales, la doctora Marina Robles García, titular de la Secretaría del Medio Ambiente (Sedema) de la Ciudad de México, informó que el objetivo del “Programa de Saneamiento de Árboles y Palmeras de la Ciudad de México”, en una primera etapa, es atender las palmeras enfermas para lograr encapsular cualquier presencia de patógeno y que éste no migre hacia otras zonas en donde hay este tipo de ejemplares.
“Cualquier enfermedad o plaga que afecte a la vegetación de una ciudad es algo que se tiene que tomar en serio y se tiene que atender porque una ciudad sin vegetación es una ciudad que seguramente no será amable ni para quienes vivimos en términos de paisaje ni teniendo los beneficios ambientales que permite la vegetación, que es la retención de contaminantes, la infiltración de agua, producción de oxígeno, la generación de hábitat para otras especies», precisó.
Desde el área confinada y de acceso restringido del Vivero Nezahualcóyotl, la titular de Sedema habló de la situación que atraviesan las palmeras, particularmente de cuatro alcaldías de la ciudad: Miguel Hidalgo, Benito Juárez, Cuauhtémoc y Coyoacán, y donde un grupo de expertos encabezados por el Colegio de Postgraduados está identificando las causas de la muerte de palmeras, sin embargo, aún no se tienen datos definitivos.
Roberto Quintero Campos, Jefe de Unidad Departamental de Seguimiento de Plagas y Enfermedades de la Sedema, detalló que en la Ciudad de México hay alrededor de 20 a 22 mil palmeras y de éstas “hay tres clasificaciones grandes: las sanas, las enfermas pero con recuperación y las muertas. Con el censo se tiene la identificación de alrededor 492 palmeras que no tienen solución, ésas se van a sustituir por otras especies, por palmeras o especies arbóreas. Las que están enfermas, pero con posibilidad de recuperación son las que se van a atender con endoterapia, a todas, sanas, enfermas vivas, así como los lugares donde se van a sustituir todas esas áreas, ahí se va a hacer un acondicionamiento de suelo”.
Detalló que se aplicará endoterapia a alrededor de 6 mil palmeras, “de éstas hay un 30 por ciento que están sanas pero se le va a poner endoterapia como acción preventiva, el resto, el 70 por ciento, tienen un grado de enfermedad dictaminado por un dictamen pero son salvables”.
Recordó que para que la endoterapia funcione, se estará haciendo un manejo integral que permita mejorar las condiciones del suelo y que las nuevas palmeras o árboles tengan un espacio para un sano desarrollo y crecimiento.
Isidro Recillas Silva, subdirector de Diseño y Evaluación de Proyectos de la Dirección de Infraestructura Verde de la Sedema, refirió que hasta el momento se registra un avance de 143 palmeras retiradas (de las alcaldías Miguel Hidalgo y Cuauhtémoc) y 700 podas.
Recordó que en total 12 mil 302 palmeras serán tratadas mediante podas y derribos y que sólo se derriban las palmas que murieron por enfermedad o plaga. Las palmeras retiradas serán reemplazadas con el mismo número de ejemplares de especies arbóreas de 4 a 6 metros de altura, acordes a las condiciones de cada sitio.
El “Programa de Saneamiento de Árboles y Palmeras de la Ciudad de México” que inició en enero de este año y concluirá en diciembre próximo, contempla trabajos de censo diagnóstico, poda, derribo, reforestación, aplicación de biológicos para el control de patógenos del suelo, plantación de árboles o palmeras, acordes a las condiciones de los sitios, mejora de suelos, aplicación de tratamientos de endoterapia, colocación de 2 mil 460 trampas para el monitoreo de insectos exóticos o nativos, así como la poda de muérdago en 6 mil árboles infestados.
Como parte del tratamiento que se da a los residuos vegetales de las palmeras muertas, un promedio de siete camiones ingresan al día para iniciar el proceso que se realiza por etapas y que se rige bajo estrictas medidas fitosanitarias que fueron acordadas y establecidas por personal técnico operativo de la Representación Estatal Fitozoosanitaria y de Inocuidad Agropecuaria y Acuícola de la SENASICA, la Comisión Nacional de Recursos Forestales (CNRF), el Comité Estatal de Sanidad Vegetal del Distrito Federal (CESAVEDF), la oficina de representación de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) de la Ciudad de México y personal técnico de la Subdirección de Diseño Evaluación de Proyectos de la Sedema.
Una vez ingresados los residuos de las palmeras retiradas (hojas y tocones) son depositados en el área aislada de la producción para aplicarles un control biológico con un hongo del género Trichoderma, un producto recomendado por SENASICA.
Implementada esta medida preventiva y sanitaria, el material vegetal es triturado con maquinaria y con la aplicación de Trichoderma. Posteriormente, el material triturado se deposita en una fosa sanitaria de aproximadamente dos metros de profundidad y se vuelve a colocar el control biológico con un hongo del género Trichoderma más la humedad adecuada para su establecimiento, después se cubre con una capa de tierra de 30 a 35 centímetros. Este proceso se repite, hasta llenar la fosa sanitaria.
Este material tratado de manera fitosanitaria está listo para descomponerse en el suelo, toda vez que los patógenos que podrían vivir en las hojas de las palmeras son aéreos y no viven en condiciones de suelo tapado.
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