La edición 36 de la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara se inicia hoy con las voces de una nueva generación de mujeres escritoras bien plantadas en la escena literaria actual. Son ellas las que sorprenderán, encantarán, pero sobre todo, plantearán las tan necesarias reflexiones acerca de los nuevos rumbos y temas que ya cimbran las letras en el mundo.
Con todo el esplendor del rencuentro presencial, luego de los dos difíciles años de confinamiento y restricciones sanitarias debido a la pandemia de covid-19, también tendrán mucho qué decir mujeres como Bodour Bint Sultan Al Qasimi, quien forma parte de la comitiva del país invitado de honor, Sharjah. Ella es fundadora y directora del grupo editorial Kalimat, así como de Asociación de Editores de los Emiratos, instancias que no sólo tienen el propósito de promover la lectura entre jóvenes y niños en el mundo árabe, sino de impulsar a las escritoras de esa región.
Entre las destacadas narradoras mexicanas que hoy se presentan en la FIL (a las 18 horas en el salón G del área internacional), se encuentra Mónica Rojas (Puebla, 1983), quien justo llega a romper esquemas con Lobo, su novela negra que, sobre todo, “indaga en las masculinidades frágiles, la violencia de género, la marginación y el poder”.
En entrevista con La Jornada, la autora reitera que la novela negra, género al que llegó luego de dedicarse al periodismo de nota roja, “es el escenario perfecto para hablar de temas incómodos y de lo que no queremos ver. Lo que hace este género es forzar la vista del lector, girarle la cabeza hacia esas realidades que incomodan”.
Editado por Nostra Ediciones, Lobo cuenta la historia de un joven boxeador que llega a los cuadriláteros después de haber matado a un hombre a golpes.
Es cierto que la historia se aborda desde un contexto “muy de macho, muy masculino, pero no se están vanagloriando esos aspectos, sino criticando; sobre todo, se trata de entender, de saber cuál es el origen de esos juegos de poder que no únicamente conciernen a los boxeadores, sino a todos nosotros como espectadores o personas que no estamos conscientes del instinto y del miedo”, añade la autora.
Como mujer, como escritora y como migrante, continúa Rojas, ha afrontado varias batallas, “pero no me encuentro en el último round, a pesar de que muchas veces me dijeron que una mujer no podía escribir de boxeo o incluso que no podía escribir buena novela negra. Pero me levanté de esos golpes y aquí sigo; estoy apenas en el primer round, no hay que tener miedo.
“Está bien que te tumben, siempre pueden darte un mal golpe, porque una está expuesta y vulnerable todo el tiempo; sin embargo, no hay que quedarse en el piso. Lo que sigue ahora es explorar otros géneros, porque no me gustaría encasillarme, quiero expandirme; por lo menos de aquí a cinco años tengo clarísimo qué voy a escribir”, asegura la escritora.
García Márquez, presente
La FIL también celebrará al siempre añorado Nobel colombiano Gabriel García Márquez (1927-2014), en esta ocasión por los 40 años de ese galardón al autor de El amor en los tiempos del cólera.
El homenaje se iniciará hoy (y continuará mañana) en el módulo de Grupo Planeta, donde los visitantes podrán pegar una mariposa de papel en ese espacio con mensajes para Gabo, además del nombre de su novela favorita o incluso una carta de amor. Como requisito indispensable se solicita que escriban el nombre y correo electrónico de cada participante.
La persona cuyo nombre esté escrito en la mariposa elegida al azar a las 18:30 horas recibirá la colección de libros que ese sello ha publicado, con un valor aproximado de 8 mil pesos.
Se invita también a buscar en el vestíbulo 4 el Bibliorrefri, un refrigerador en desuso transformado en espacio para leer, intercambiar y donar libros.
El primer día de actividades de la FIL cerrará a las 21 horas con el espectáculo de la cantante y compositora tunecina estadunidense Emel Mathlouthi, una revolucionaria que se suma a las filas de colegas como Sheikh Imam, Bob Dylan, Joan Baez, Jefferson Airplane, The Cranberries y Tool.
En 2008 salió de su natal Túnez para refugiarse en París luego de que su música fue prohibida en su país. Su popularidad aumentó cuando se difundió un video donde interpreta su emblemática canción Kelmti Horra (Mi palabra es libre) en plena revolución tunecina, entre miles de compañeros manifestantes. Esta actuación espontánea y apasionada resonó en las redes sociales en los países árabes que se encontraban en plena revuelta, lo que le valió el sobrenombre de “la voz de la Primavera Árabe”, por la letra de ese tema, que dice: “Somos personas libres que no tenemos miedo, / somos secretos que nunca mueren / y para aquellos que resisten, somos la voz / en su caos, nosotros brillamos, / somos libres y nuestra palabra es libre”.
Esa poderosa canción dará el banderazo de salida a uno de los encuentros literarios y culturales más importantes del mundo, la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.
Fuente: La Jornada.