En la madrugada de hoy, Jacobo Tagle Dobín, tuvo un rompimiento de hernia inguinal, y desde anoche que tuvo un alto nivel de dolor. Sin embargo, en el penal federal de Tapachula, Chiapas, donde se encuentra interno, le negaron la atención médica.
«No cuenta con esos recursos médicos y no lo podían trasladar a otro lugar por ser considerado de alta peligrosidad”, fue la justificación de las autoridades del penal, quienes siguen la consigna de Isabel Miranda de Wallace, al decir que su vida se pone en riesgo, si trasladan a Tagle a la Ciudad de México, su lugar de origen.
En la madrugada, ya para amanecer, las autoridades del penal le permitieron a Tagle hacer una llamada a su familia, a quien pidió ayuda; sin embargo, hasta medio día de hoy todavía no tenía la atención médica necesaria.
El 10 de diciembre de 2018, en reunión con el subsecretario de Derechos Humanos, Migración y Población, Alejandro Encinas, y la titular de la secretaría, Olga Sánchez Cordero, un grupo de familiares de víctimas de fabricación de culpables, del caso Wallace y caso Martí, y periodistas informaron a detalle del deterioro dramático de la salud de Jacobo Tagle. Sin embargo, no fue atendido, pese a las denuncias, incluso ante el presidente López Obrador, en conferencia de prensa del 29 de marzo de 2019, quien se refirió a las víctimas de fabricación de culpables como “presos por consigna”.
Jacobo Tagle fue torturado en su detención ilegal el 4 y 6 de diciembre, y dentro de varios penales federales, entre éstos en Perote, Veracruz, fue torturado con violencia sexual. A raíz de las torturas, su salud se vio gravemente dañada, lo cual ha incrementado paulatinamente con la falta de alimentación apropiada, ya que por motivos religiosos, no come carne de cerdo, y no le dan sustitutos, por el contrario con frecuencia lo dejan sin alimentos como forma de castigo, en una clara discriminación.
Víctima del falso caso Wallace, Jacobo fue exhibido en espectaculares de publicidad exterior por Isabel Miranda Torres, y ha sido sistemáticamente calumniado por los medios nacionales. En su detención, en diciembre de 2010, días antes de que el expresidente Felipe Calderón entregara el Premio Nacional de Derechos Humanos a Isabel Miranda, ella lo exhibió ante las cámaras de la prensa pidiéndole que se levantara la camiseta para que observaran que no estaba golpeado. Sin embargo, los golpes en genitales y la violencia sexual ha repercutido en consecuencias irreversibles a su salud. Los protocolos de Estambul practicados por la Judicatura y la Comisión Nacional de Derechos Humanos fueron positivos.