Por Ricardo Burgos Orozco
Lo conocí hace ya varios años en la Vuelta Ciclista del Pacífico, cuando yo cubría deportes. Era directivo en lo que en aquel entonces era el CREA o Consejo Nacional de Recursos para la Atención de la Juventud; la mayoría de los reporteros pronto hicimos empatía con él porque siempre estaba atento para darnos información oportuna de la competencia y realizar mejor nuestro trabajo.
Se llama Sandalio Sainz de la Maza. Lo dejé de ver por años y apenas hace poco nos volvimos a encontrar. Ha tenido varios cargos públicos. En la administración anterior trabajó en el Sistema de Transporte Colectivo Metro; fue responsable del proyecto de las estaciones emblemáticas o temáticas.
Son 12 las estaciones que son una especie de museo de sitio, según platica Sandalio. El objetivo, dijo, era hacer un Metro más humano, solidario y participativo, que la gente no sólo llegara a sufrir con los empujones y apretones, sino disfrutara con el entorno de un espacio especial. El proyecto se concluyó en dos años y medio, cuenta Sandalio.
Le comenté que ya me ha tocado visitar y escribir historias sobre algunas como la de los Autores y Compositores de México en División del Norte, de la Línea 3. Coincidimos que lo mejor es el karaoke que, en tiempos normales, sin coronavirus, hace que decenas de personas se junten en torno a una pantalla y un micrófono y se desahoguen cantando, con o sin buena voz.
Sandalio dijo que para montar la exposición permanente en División del Norte tuvieron que conseguir unas 380 fotos de personajes vivos y muertos y no fue una tarea fácil. Lo mismo ocurrió con las otras 11 terminales temáticas para conseguir los materiales; además, fue sin costo para el Metro.
Me impresionó – le dije – el puente de 12 metros de largo, colocado en la estación Viveros – también de la Línea 3 — , dedicada a la Selva Lacandona; me emocioné con el Museo de la Radio, en Parque de los Venados, de la Línea 12, y con el espacio dedicado a los caricaturistas mexicanos en Zapata, de la Línea 3.
El espacio dedicado a los boxeadores en la estación Garibaldi – Lagunilla, de la Línea 8, hace poco lo visité y me pareció un tanto descuidado. Un vigilante me comentó que se han estado llevando los objetos –tal vez sus propietarios–. Hay fotos enormes de pugilistas que se ven muy bien, pero de artículos emblemáticos únicamente está un costal de golpeo como los de un gimnasio.
También conozco Velódromo. Ahí hay fotos gigantes de ciclistas mexicanos de todos los tiempos, desde principios del siglo pasado, y un simulador de bicicleta, pero ya no funciona o nadie la usa, le comenté a Sandalio.
Te falta conocer la mitad – me dijo –. Se las sabe de memoria y me las recita sin problema: Leyendas de la Lucha Libre, en Guerrero, de la Línea 3 y B; Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos, en Colegio Militar, de la Línea 2: De las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), en Polanco, de la Línea 7; de los Premios Nobel en Universidad, de la Línea 3; Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte, de Auditorio, de la Línea 7, y de la Biodiversidad y Artesanía en México, de Juárez, de la Línea
Le prometí visitar – cuando la epidemia me lo permita — las estaciones emblemáticas que me faltan y reunirnos para comentar más de sus proyectos.
Sandalio sigue con muchas actividades porque es un incansable promotor social, cultural y deportivo. Ahora está organizando un paseo ciclista en la alcaldía de Tlalpan…cuando pase la contingencia.