La OMS define salud como un “estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”. La salud mental es, por tanto, indispensable para poder hablar de personas sanas.
Ansiedad, depresión y otros trastornos
A lo largo de la vida todos atravesamos etapas mejores y peores, momentos con mayores dificultades psicoemocionales, en los que puede resentirse nuestra salud mental. Lo más habitual es padecer problemas de ansiedad y del estado de ánimo.
- El 18,3% de la población española tendría algún problema o trastorno mental, según el último informe de la Unión Europea “Estado de la salud en la UE” (OECD y Comisión Europea 2018)
- En concreto, un 6% de los españoles padece ansiedad.
- Un 4%, depresión
Problemas que nos afectan a todos
Los problemas de salud mental pasan una dura factura al paciente:
- Influyen sobre su bienestar general, así como sobre su salud física, incrementando la probabilidad de desarrollar algunas enfermedades, agravándolas e incluso disminuyendo su esperanza de vida: se calcula que las personas con algún tipo de trastorno mental pueden fallecer hasta 20 años antes que el resto de la población
- La falta de salud mental también afecta a su autonomía diaria, su pleno desarrollo personal, afectivo o social.
- Por último, los problemas psicoemocionales tienen un elevado coste laboral, pues incrementa la probabilidad de encontrarse en situación de baja laboral o incapacidad temporal o permanente y de aumentar el absentismo.
Pero los problemas psicoemocionales también afectan mucho al entorno y a la sociedad en su conjunto: aumentan las visitas al médico y el consumo de psicofármacos, lo que dispara el gasto sanitario, afecta a la productividad laboral, etc.
Más terapia y menos pastillas
El tratamiento de elección recomendado para los problemas de ansiedad y del estado de ánimo es la terapia psicológica, combinada con los fármacos necesarios si es el caso… De esto se deduce que la disponibilidad y el acceso a los servicios de salud mental es algo fundamental. Sin embargo, en la práctica, es el servicio de Atención Primaria, ya de por sí saturado y sin recursos, quien atiende la mayor parte de estas demandas, dando habitualmente una respuesta farmacológica.
Las pastillas son capaces de controlar o mantener a raya la sintomatología… pero no intervienen en las causas del problema, con lo que el tratamiento dista mucho de ser eficaz y puede volverse crónico.
El resultado es que, mientras el consumo de psicofármacos aumenta en España (se ha disparado en dos años), son minoría los usuarios que han acudido al psicólogo, psicoterapeuta o psiquiatra.
Salud mental en atención primaria, ¡ya!
Incrementar y facilitar el acceso a los servicios de Salud Mental ha demostrado ser una solución eficaz y eficiente.
El proyecto piloto PsicAP, Psicología en Atención Primaria, ha comparado, en 28 centros de salud de 10 comunidades autónomas, el tratamiento psicológico frente al habitual de Atención Primaria para los problemas de salud mental más habituales en cada centro. Los resultados son claros:
- La intervención psicoterapéutica se revela como mucho más eficaz que el abordaje habitual (tres veces más en el caso de los problemas de ansiedad y cuatro veces para la depresión).
- Ha disminuido el consumo de psicofármacos.
- Se reduce la frecuencia de las visitas al médico de cabecera en Atención Primaria.
Sin embargo, la presencia de Psicólogos Especialistas en Psicología Clínica en el Sistema Nacional de Salud sigue siendo insuficiente, y la última Estrategia Nacional de Salud Mental caducó hace 7 años.
Sabemos que los recursos son limitados, pero desde OCU consideramos que abordar el tratamiento de estos problemas de salud mental debe ser una prioridad. Siguiendo la propuestas de los expertos, consideramos que:
- Es necesario incrementar la presencia de psicólogos clínicos en los servicios de salud.
- Hay que destinar más recursos a labores de prevención y educación para la salud , a todos los niveles.
- Se debería crear una especialidad de psiquiatría infanto-juvenil.
Ahora las autoridades sanitarias están preparando una nueva Estrategia Nacional de Salud Mental, que presta especial atención a la prevención del suicidio, algo prioritario. Esperamos que, de una vez, la salud mental reciba la atención que merece en Sistema Nacional de Salud.
Invertir en salud mental incide directamente sobre el bienestar de las personas y disminuye costes humanos y económicos individuales y colectivos.