Sondeos esquivos. 60 distritos que siembran dudas. El blindaje de la segunda mitad del Gobierno.
Andrés Manuel López Obrador entiende el retroceso que está atravesando Morena en las carreras por las quince gubernaturas en juego. Hace dos meses, la 4T se alistaba para arrasar en los estados con la tesis de que solo se perderían Querétaro, Baja California Sur y a lo sumo Chihuahua.
El escenario ha evolucionado de modo sombrío para los deseos de Palacio Nacional: además de esos estados donde la derrota es segura, se ha registrado una caída en los sondeos en tres entidades que importan al presidente, como es Nuevo León, Campeche y Sonora. A López Obrador le interesaba especialmente que la 4T pudiera llegar por primera vez a esas entidades, pero las encuestas se han vuelto esquivas.
En este momento, los números que le acercan Gabriel García y Javier May dicen que solo hay cinco victorias seguras: Guerrero, Tlaxcala, Sinaloa, Baja California y Zacatecas. Todo lo demás flota en la bruma.
Los sondeos arrojan además interrogantes inquietantes: al parecer, la campaña de vacunación y los apoyos sociales no le han redituado al gobierno como se esperaba en diciembre del año pasado. Genera irritación en la cúpula que, en por lo menos 60 distritos electorales de fuerte concentración de apoyos sociales, los candidatos a diputados federales de la 4T están en problemas.
Debe decirse: al presidente no le preocupa demasiado no contar con un grupo numeroso de gobernadores, es más, en algún punto cree que le es favorable para no licuar su poder centralista. Por eso tampoco ha acudido en auxilio de candidato alguno. Ni con recursos políticos ni económicos.
La lógica imperante no es nueva: ya a mediados del 2020 López Obrador decía que la prioridad era el Congreso federal y los congresos locales. Alcaldías y gubernaturas eran de un interés secundario.
Por eso, el mandato biunívoco es en la carrera por San Lázaro. En las últimas horas, López Obrador ha dado la directiva de hacer todos los esfuerzos necesarios para retener la Cámara de Diputados. El presidente pretende una aritmética electoral que lo preserve de cualquier tipo de negociación con en PRI y con MC. Una continuidad de la primera mitad del sexenio.
Fuente.– LaPoliticaOnline