Por Dianeth Pérez Arreola
ÁMSTERDAM, Holanda.- El 16 de mayo pasado, la policía detectó en un control de rutina, un barco donde se producían drogas sintéticas. Además de ser el primer narco laboratorio flotante descubierto en Holanda, durante la inspección de las autoridades, la tripulación alcanzó a accionar un mecanismo que permitió la entrada de agua al barco, con lo que pretendía se hundiera y se perdieran las pruebas que los inculpaban.
Los bomberos realizaron maniobras para evitar que el narco laboratorio desapareciera bajo el agua y la policía logró incautar 300 litros de metanfetamina, precursores químicos para la elaboración de drogas sintéticas y residuos del proceso, además de detener a tres mexicanos de 23, 26 y 37 años y a un holandés de 35, quien era el capitán del barco registrado en Alemania.
Cuando la policía escuchó el nombre de uno de los mexicanos, se dio cuenta que pertenece a una poderosa familia dedicada al narcotráfico. Los medios no dieron a conocer su nombre y se preguntan qué significa ahora su presencia en Holanda.
En febrero de este mismo año, ya había sido detenidos dos mexicanos en un laboratorio de drogas sintéticas en la ciudad de Wateringen. Uno de ellos es originario de Sinaloa. También de Sinaloa es José Rodrigo Aréchiga Gamboa, mejor conocido como “Chino Ántrax”, quien fue detenido en el aeropuerto de Ámsterdam el 30 de diciembre de 2013 y era el líder de un brazo armado del cártel de Sinaloa.
La Interpol ya había sonado las alarmas ese año para alertar de la presencia y operación de cárteles mexicanos en Países Bajos. La Europol dijo, también en 2013, que los narcotraficantes mexicanos querían posicionarse en el mercado europeo y que había que prevenir que el nivel de violencia de los cárteles en México se viera también en Europa.
Los ajustes de cuentas y la corrupción de autoridades, algo que era muy raro en Holanda, se está volviendo más común. Llama la atención que el uso de cristal es muy bajo aquí, y por ese motivo las autoridades creen que bajó el precio para captar más usuarios; el año pasado el gramo valía 150 euros y ahora los distribuidores lo ofrecen hasta en 80 euros.
Las mafias marroquíes horrorizaron a los holandeses en 2016 al dejar una cabeza frente a una cafetería a la que acuden conocidos personajes de los bajos mundos en pleno Ámsterdam. Un experto en el tema de las mafias marroquíes dijo entonces que esta idea sin duda provenía de los cárteles mexicanos; una acción que representa un mensaje para enemigos y autoridades, hasta entonces, nunca antes visto en Holanda.
Este país ofrece una excelente infraestructura carretera, portuaria, bancaria, ferroviaria, de internet y eléctrica, lo que lo hace estratégico para ser un punto de operación y/o distribución para el resto de Europa, algo que ya han descubierto desde hace tiempo los cárteles mexicanos, cuya presencia es cada vez más evidente en las noticias policiacas.
La comunidad mexicana en Países Bajos vive ahora la misma estigmatización que vivieron los colombianos hasta hace poco; todos hemos oído comentarios en serio y en broma que nos ligan a los cárteles por motivo de nuestra nacionalidad. Mientras sigan apareciendo mexicanos ligados al narco en los medios de comunicación, los comentarios son lo de menos. El temor es que, igual como pasó con Colombia, nos empiecen a pedir visas para visitar otros países. De hecho, los colombianos apenas tienen tres años que pueden entrar a la Unión Europea sin necesidad de visa; decisiones rápidas, con efectos largos.