Dos municipios fueron incendiados y otros tres resultaron destruidos tras una noche de violencia en la región de la Araucanía, en el sur de Chile, después de enfrentamientos entre mapuches, la policía y grupos “antindígenas”, en medio de un rebrote de violencia.
Los disturbios comenzaron durante el toque de queda nocturno vigente y por ello la policía procedió al desalojo del municipio de Curacautín, tomado desde hace seis días por indígenas mapuches que apoyaban la larga huelga de hambre sostenida por el “machi” (guía espiritual) Celestino Córdova.
Córdova, condenado a 18 años de cárcel por el asesinato de una pareja de ancianos en 2013 tras incendiar su granja, pretende ser llevado a su casa en la Araucania -600 km al sur de Santiago- para renovar su “rewe”, o energía espiritual.
El desalojo provocó enfrentamientos de los indígenas con policías y grupos “antimapuches”. Lo ocurrido, sobretodo todo la participación de grupos civiles, se conoció rápidamente en los otros cuatro municipios que también estaban ocupados por mapuches, generándose rápidamente incidentes.
En el municipio de Traiguén los incendios dejaron 90% de de la demarcación destruida, dijo su alcalde, Ricardo Sanhueza.
El panorama es complejo; todo es muy doloroso”, afirmó el jerarca a medios locales, advirtiendo que tras la intervención de grupos civiles “podría haber un antes y un después y se podría complicar aún más” el añejo conflicto indígena en la zona.