El exministro australiano Mathias Cormann fue nombrado este lunes secretario general de la OCDE en sustitución del mexicano Ángel Gurría, y eso pese a los intentos de impedirlo de algunos movimientos ecologistas por la acción del que ha sido su Gobierno en favor de los combustibles fósiles.
La designación de Cormann, que asumirá el cargo el próximo 1 de junio en la segunda y última jornada de la conferencia ministerial anual de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), fue formalizada por los embajadores de los 37 países miembros en una reunión de su Consejo.
Adoptaron por consenso la propuesta que Gurría les presentó para decantarse por él que había hecho el pasado viernes el representante británico, Christopher Sharrock, que como decano dirigía el proceso de selección iniciado en septiembre del pasado año.
CORMANN SE IMPUSO A LA SUECA MALMSTRÖM
Cormann había conseguido ese día un apoyo superior al de la otra candidata finalista, la exministra sueca y antigua comisaria europea Cecilia Malmström, en una votación confidencial organizada por el propio Sharrock tras una quinta ronda de consultas que había dado lugar a un empate técnico entre ambos.
Un resultado que causó una cierta sorpresa en primer lugar porque el puesto escapaba así a una mujer con prestigio en la Unión Europea, a la que pertenecen más de la mitad de los países de la OCDE.
También porque durante la campaña importantes grupos ecologistas habían tratado de influir sobre varios de esos Estados y sobre la organización con el argumento de que quien ha ocupado la cartera de Finanzas durante más de siete años, hasta octubre pasado, tenía una gran responsabilidad en la defensa por Australia del carbón, del gas y de otros combustibles fósiles.
Sobre esa cuestión, el propio Cormann había dado garantías estos últimos meses de su compromiso con la que es una de las líneas de acción de la OCDE, la lucha contra el cambio climático con los Acuerdos de París como referente básico y el objetivo de alcanzar la neutralidad de carbono para 2050.
En la declaración que publicó inmediatamente después de anunciarse su nombramiento, reiteró que es «indispensable una acción internacional eficaz contra el cambio climático», pero también que debido a la diversidad de situaciones, los diferentes países y regiones del mundo «cada uno a su manera» pueden contribuir a reducir las emisiones.
A su parecer, los esfuerzos para la recuperación económica tras la pandemia «ofrecen una excelente oportunidad para centrar las ayudas en inversiones que favorecen el desarrollo y la comercialización de nuevas tecnologías».
Y como secretario general, aseguró que se esforzará en «hacer de la OCDE un espacio que aliente la colaboración y la acción al servicio de un futuro sostenible».
Cormann, que tiene ahora por delante un mandato de cinco años, será el sexto secretario general de la organización desde su creación en 1960 y el primero de un país de la región Asia-Pacífico, de la que hay cuatro países miembros: Australia, Corea del Sur, Japón y Nueva Zelanda.
LA BAZA DE SU EXPERIENCIA CON CHINA
La firmeza del Ejecutivo australiano frente a las crecientes ambiciones chinas y su experiencia en el trato con Pekín parece haber sido uno de sus grandes activos para su elección, sobre todo a los ojos de EE.UU., el principal contribuyente de la OCDE, cuya principal obsesión va a seguir siendo el gigante asiático.
Aunque oficialmente no se conozca su posición, diversas fuentes han señalado que Washington ha sido un gran respaldo de este hombre de 51 años que también tiene un sólido anclaje en Europa, ya que nació en Bélgica y vivió la primera mitad de su vida en el Viejo Continente antes de emigrar a Australia.
Miembro del Partido Liberal de su país, en su declaración de intenciones insistió en que bajo su dirección la organización será «un ardiente defensora de la apertura económica, de la transparencia y de las reglas internacionales», «fiel a los valores democráticos compartidos por sus miembros, es decir, las oportunidades, la prosperidad y la estabilidad para todos».
El embajador español ante la OCDE, Manuel Escudero, se mostró convencido de que habrá continuidad en la acción del nuevo secretario general con las líneas políticas de Gurría, que ha estado al frente desde 2006: «la organización tiene una trayectoria de trabajo que, sin duda, se mantendrá».