El periódico estadunidense “The New York Times” reveló a través de un reportaje de su periodista Natalie Kitroeff, que el subsecretario de Prevención de la Salud, Hugo López-Gatell, mintió y ocultó las cifras reales de la epidemia de COVID-19 en la Ciudad de México a principios de diciembre, con el propósito de posponer la activación de semáforo epidemiológico en color Rojo en la capital, lo que derivó en un aumento de afectaciones de los ciudadanos de la capital del país.
Natalie Kitroeff exhibió un documento con fecha del 4 de diciembre en el que aparecen cifras menores de contagios y decesos presentadas por la Secretaría de Salud como oficiales.
En este documento, dirigido a la jefa de Gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum, López Gatell aseguró que la ocupación en hospitales de la CDMX era mucho menor.
El reportaje destaca que l funcionario de la Secretaría de Salud federal reportó que sólo el 45% de las camas de hospital con ventilador estaban ocupadas en la capital, mientras que ese mismo día, pro en la conferencia vespertina reportó públicamente que el 58% de este tipo de camas estaban ocupadas.
De acuerdo con The New York Times, a principios de diciembre la pandemia arrasaba de nueva en la Ciudad de México: después de disminuir durante el verano, el coronavirus se propagaba rápidamente, las hospitalizaciones aumentaban y los respiradores se terminaban.
A pesar del aumento (en contagios y en cifras de muertos por el COVID-19), los responsables de Salud federal minimizaron la situación para tranquilizar a la ciudadanía como si la situación estuviera controlada, cuando en realidad la enfermedad estaba fuera de control, pero no se actuó responsablemente, ya que de haber actuado ello obligaría al cierre de su economía.
En realidad, la CDMX había superado ese umbral según sus propias cifras oficiales, encontró un análisis “The New York Times”. Sin embargo, los funcionarios mantuvieron abiertos los negocios de la capital del país y sus calles estaban atestadas de compradores y los restaurantes llenos de comensales.
El gobierno federal decide cuándo poner a la capital de la nación y a cada uno de sus estados en confinamiento de acuerdo con una fórmula que toma en cuenta los últimos números de casos, hospitalizaciones y muertes. Cuando el gobierno introdujo el sistema, los funcionarios dijeron a los mexicanos que sería una medida transparente y objetiva de la propagación del virus, pero quedó en evidencia el mal manejo que se la está dando a la emergencia sanitaria.
La investigación del rotativo estadunidense subraya que el resultado de esta irresponsable actuación de las autoridades en México es que la CDMX, con nueve millones de residentes, mantuvo abiertos los negocios en las ajetreadas semanas de principios de diciembre. Ahora se encuentra en una profunda crisis.
El gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador al verse con esta situación rebasada, finalmente decidió cerrar la ciudad el pasado 17 de diciembre. Para entonces, los hospitales de la capital ya estaban desbordados. La semana pasada, la ciudad estableció un récord tras otro de pacientes hospitalizados desde que comenzó la pandemia.
Médicos abrumados comenzaron a publicar súplicas desesperadas en las redes sociales, instando a los mexicanos a quedarse en casa y advirtiendo que se acababan las camas. Se les agotan las medicinas para sedar a los pacientes y los especialistas para tratarlos, dicen.
“Estamos solos, el gobierno federal no está apoyando y por el contrario, o sea, lo toman muy a la ligera”, dijo Diana Banderas, una doctora que atiende a pacientes con coronavirus en el hospital Carlos MacGregor de Ciudad de México. “Ahora estamos colapsados”.