Con 95 votos a favor y uno en contra, el Senado de la República aprobó el Acuerdo en Materia de Cooperación Ambiental entre los Gobiernos de México, Estados Unidos y de Canadá, que prevé una serie de mecanismos para hacer frente a los efectos del cambio climático, la degradación del medio ambiente y la desaparición de especies.
En el dictamen se agrega que este convenio -firmado en las ciudades de México, Washington, D.C. y Ottawa, el 30 de noviembre, el 11 y 18 de diciembre de 2018- sustituye al Acuerdo de Cooperación Ambiental de América del Norte, firmado en 1993.
Además, es congruente con otros tratados para la protección y conservación de especies naturales, prevención de la contaminación, límites de aguas y mecanismos de cooperación.
Así, prevé temas no previstos en dicho convenio como el uso de la tecnología, protección de datos personales, gobernanza ambiental, reducción de emisiones, economías fuertes y resilientes, protección de la biodiversidad y de los hábitats, crecimiento verde, desarrollo sustentable y participación del sector público.
Contempla la conservación de especies compartidas, incluidas las aves migratorias; el manejo sustentable de la pesca e incluso la posibilidad de abordar el ruido de los buques y su impacto en los mamíferos marinos.
También promueve técnicas y estrategias de prevención de la contaminación y, cuando resulte apropiado, la internalización de los costos ambientales y la responsabilidad por los daños en esta materia.
Por la Comisión de Relaciones Exteriores América del Norte, la senadora Gina Andrea Cruz Blackledge expresó: “somos conscientes de que es urgente adoptar medidas cada vez más enérgicas y eficaces para hacer frente a los problemas que se vinculan al deterioro ambiental”.
El presidente de la Comisión de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Cambio Climático, Raúl Bolaños-Cacho Cue, dijo que “para avanzar en el tratado comercial, primero debemos proteger nuestros recursos naturales y ecosistemas”.
El senador de Morena, Héctor Vasconcelos, indicó que sin una adecuada implementación del Acuerdo, todo quedaría en el papel, en documentos inertes y ahí está, dijo, el gran reto de los próximos meses y años. “Exhorto a todos los senadores y senadoras a ratificar este Acuerdo en beneficio de México y de la humanidad”, subrayó.
La senadora Alejandra Noemí Reynoso Sánchez, del PAN, dijo que esta herramienta es un anclaje a las obligaciones del Estado, que no pueden ser anuladas por la decisión del Ejecutivo federal. “Votaremos a favor -expresó- de darle a la comunidad internacional y a las empresas de nuestros países socios, una fuente adicional de confianza y certidumbre”.
La senadora del PRI, Beatriz Paredes Rangel, acotó que la suscripción de este documento obliga al Estado mexicano a la coherencia en sus estrategias de política interna y sus tratados internacionales, de ahí que sea indispensable una revisión y adecuación de la política energética en materia de energías limpias, mencionó.
La senadora, Verónica Delgadillo García, de Movimiento Ciudadano, asentó que a México le urge una transición hacia las energías renovables, con una visión de futuro para las nuevas generaciones, por lo que les corresponde actuar con responsabilidad en la aprobación de una legislación contra el cambio climático.
Del PT, la senadora Alejandra del Carmen León Gastélum expuso que el modelo de desarrollo debe estar en armonía con el medio ambiente, pues de nada sirve generar riqueza si no se cuidan los recursos naturales. Destacó que este Acuerdo promoverá un desarrollo sustentable en el marco de las actividades del comercio exterior, a partir del 1 julio.
El senador Rogelio Israel Zamora Guzmán, integrante de la bancada del PVEM, indicó que para su partido es de suma relevancia que en un tratado de naturaleza comercial se haya incluido un capítulo especial para la protección y la cooperación en materia ambiental. Detalló que este acuerdo brinda herramientas jurídicas y estrategias concretas de actuación, por lo que va más allá de un “simple texto legal”.
El senador Antonio García Conejo, del PRD, consideró que la política energética debe estar encaminada a la generación de energías limpias, “sin colores partidistas ni visiones ideológicas”, porque significa la vida de las futuras generaciones. Confió que el T-MEC alcance esos objetivos para el desarrollo sustentable y no sólo quede en buenas intenciones.
Luego de su aprobación, el acuerdo se remitió al Ejecutivo Federal.