El ciclo escolar 2020-2021 comenzará el 24 de agosto en la modalidad a distancia debido a que no existen las condiciones sanitarias indispensables para salvaguardar la salud de las y los alumnos en clases presenciales, conforme lo ha señalado Esteban Moctezuma Barragán, Secretario de Educación Pública.
Sin embargo, la contingencia por COVID-19 amenaza significativamente el aprendizaje de las niñas y los niños, así como el avance de la educación en México, por el cierre de los centros escolares y la recesión económica que se produce a partir de las medidas tendientes a controlar la pandemia.
Nancy de la Sierra, Senadora por Puebla, expresó que “Este doble impacto podría implicar altos costos para la educación y el desarrollo si los gobiernos no reaccionan con rapidez para contrarrestarlos. Debemos recalcar los efectos negativos que se perciben en el escenario actual: la reducción del aprendizaje, el deterioro de la salud mental, la deserción escolar y el cierre de escuelas privadas, por mencionar algunas repercusiones”.
Por esa razón, presentó un exhorto ante el Pleno de la Comisión Permanente del Senado de la República para que la Secretaría de Educación Pública, así como las Secretarías de Educación de las entidades federativas, rindan un informe sobre las acciones que implementarán para garantizar que todos los centros educativos del país cuenten con la infraestructura y servicios necesarios que permitan el regreso de las y los alumnos a sus respectivas escuelas, en condiciones sanitarias seguras y una vez que el semáforo epidemiológico se encuentre en verde.
El exhorto también solicita el reporte de los centros educativos que no se encuentran en condiciones para el regreso a clases, así como el desarrollo de una estrategia para que el inicio de actividades presenciales sea de forma escalonada, dando prioridad a menores que no pueden ser cuidados por sus padres ante la reanudación de labores en los centros de trabajo. “Esta medida es vital para evitar rebrotes en los centros escolares y prevenir que las escuelas vuelvan a cerrar una vez que hayan reabierto”, Señaló.
La reapertura no será sencilla, tomando en cuenta que el 31 % de las escuelas diagnosticadas presenta daño estructural, el 55 % tiene carencias de accesibilidad y el 69 % carece del servicio de internet, tomando como referencia el informe del Instituto Nacional para Evaluación de la Educación (INEE). Lo alarmante es que el 45 % carece de drenaje, el 23 % no tiene agua potable y el 3 % no cuenta con energía eléctrica, lo que impide garantizar un entorno saludable, principalmente en las zonas rurales.
De no contar con una sólida estrategia, el cumplimiento del Objetivo de Desarrollo Sostenible número 4, de la Agenda 2030, resultará seriamente afectado al no existir garantías en la búsqueda de la enseñanza equitativa y de calidad.