Venecia. [AFP]. Las famosas góndolas de Venecia en Italia reaparecieron por el Gran Canal para transportar sobre todo a los habitantes locales debido a la larga ausencia de turistas por el coronavirus.
Equipados con mascarilla y guantes quirúrgicos, dos gondoleros con sus clásicas camisetas de rayas reman de pie la elegante góndola de madera negra con puntas en la proa y la popa, el medio que por siglos garantizó el transporte entre las más de cien islas pequeñas que conforman la ciudad de Marco Polo.
“Respetamos el protocolo sanitario dejando un metro de distancia entre pasajeros. La góndola tiene capacidad para 14 personas y podremos llevar sólo seis”, explica Stefano Scarpa, quien cobra dos euros para atravesar el Gran Canal desde San Tomá.
“Así el trayecto es más corto y se ahorra tiempo”, explica, mientras espera la lenta entrada de unos pocos venecianos, con mascarilla y guantes, la mayoría residentes que suelen usar ese medio de transporte todo el año.
Debido a la ausencia desde marzo de turistas, principal fuente de ingresos de la ciudad, y al menor tráfico de barcos, taxis, “vaporetti” y embarcaciones privadas, las aguas resultan cristalinas, de un recobrado color turquesa.
Por primera vez en décadas, los venecianos disfrutan de su ciudad y de sus joyas arquitectónicas, con el puente de Rialto y las callejuelas de los alrededores, entre los sectores más concurridos, sin la horda de turistas.
Como han dispuesto las autoridades, los gondoleros marcaron los espacios que deben ser ocupados por los pasajeros de manera de garantizar una separación de un metro.