Washington, 2 de octubre de 2020 (Reuters).- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, fue trasladado a un hospital militar para recibir tratamiento después de ser diagnosticado con COVID-19, dijo el viernes la Casa Blanca, mientras su administración y campaña electoral luchan por adaptarse a un giro extraordinario en su turbulenta presidencia.
Trump, de 74 años, fue trasladado a una suite especial en el centro médico militar Walter Reed en Bethesda, Maryland, como medida de precaución durante los próximos días, aseguró la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Kayleigh McEnany. El mandatario salió caminando rumbo al helicóptero que lo trasladó al centro de salud.
“En exceso de cautela, y por recomendación de su médico y expertos médicos, el presidente trabajará desde las oficinas presidenciales en Walter Reed durante los próximos días”, dijo McEnany en un comunicado.
Trump tiene fiebre leve, según una fuente con conocimiento del tema. El médico de la Casa Blanca, Sean P. Conley, escribió en un memorando que está “fatigado pero de buen humor”.
Trump, quien desde un inicio minimizó la amenaza de la pandemia de coronavirus, escribió la madrugada del viernes en Twitter que su esposa Melania y él entrarían en cuarentena tras haber dado positivo por el virus, que ha matado a más de 200.000 estadounidenses y ha dañado severamente la economía.
El presidente, un activo usuario de Twitter, no ha publicado ningún mensaje tras su anuncio.
Trump corre un alto riesgo debido a su edad y peso. Ha permanecido aparentemente en buen estado de salud durante su tiempo en el cargo, pero no se sabe si se ejercita con regularidad ni siga una dieta saludable.
Conley afirmó que Trump ha recibido un tratamiento con el REGN-COV2 de Regeneron. El medicamento es uno de varios fármacos experimentales para el COVID-19 conocidos como anticuerpos monoclonales, que se utilizan para tratar una amplia gama de enfermedades.
El Dr. Anthony Fauci, jefe de enfermedades infecciosas de Estados Unidos, se encuentra entre los que dicen que la técnica es prometedora.
Trump también está tomando zinc, vitamina D, famotidina, melatonina y aspirina.
Wall Street cerró en baja ya que las noticias sobre el diagnóstico de Trump aumentaron las incertidumbres que rodean la carrera electoral.
La enfermedad del presidente dio un vuelco a su campaña de reelección a solo 31 días para los comicios. La campaña dijo que pospondría los mítines y otros eventos donde estaba programado su apareción, o que los llevaría a plataformas online.
Mientras, Biden hizo campaña en Michigan después de dar negativo en la prueba por el virus. En un sindicato en Grand Rapids, Biden dijo que estaba orando por la pronta recuperación de su rival e instó a los estadounidenses a usar mascarillas para frenar la propagación de la enfermedad.
Pero también criticó implícitamente a Trump, quien rara vez usa mascarilla en público y ha realizado grandes mítines de campaña con poco distanciamiento social.
“Sea patriota”, afirmó Biden. “No se trata de ser un tipo duro. Se trata de hacer tu parte”.
La enfermedad de Trump también planteó interrogantes sobre la salud de otras importantes autoridades en el Gobierno de Estados Unidos.
El vicepresidente Mike Pence, quien asumiría el cargo si Trump se enferma gravemente, dio negativo en la prueba por el virus, dijo un portavoz. El exgobernador de Indiana, de 61 años, trabaja desde su propia residencia a varios kilómetros de la Casa Blanca.
Pence se hizo cargo de las reuniones planificadas de Trump con gobernadores y organizaciones de jubilados. Su debate del 7 de octubre con la candidata demócrata a la vicepresidencia Kamala Harris se desarrollará según lo planeado, afirmaron los organizadores. Harris dio negativo al virus, según la campaña.