Vendedores ambulantes toman pasillos del Metro en CDMX
Ell viernes 6 de agosto, cientos de personas han concluido su jornada laboral y se dirigen de vuelta a sus hogares. La mejor manera de hacerlo es usando el Metro —la columna vertebral del sistema de movilidad de la Ciudad de México— y donde ya no les resulta nuevo tener que esperar un poco más a que los trenes pasen (pues desde el incendio del 9 de enero pasado el sistema funciona en modo contingencia), así como tampoco es extraño tener que empujar un poco para poder abordar el convoy, lo que sí es nuevo es la presencia y grito de los cientos de ambulantes que se han instalado en pasillos y estaciones en donde igual venden chicharrones o congeladas, que dulces, accesorios para celulares, plantas y hasta brasieres y bóxer.
En septiembre de 2020 algunas decenas de mujeres ingresaron al Metro de la ciudad y en el piso colocaron algunas mantas en donde se sentaron para ofrecer en trueque su mercancía. La mayoría eran aretes o pulseras que ellas mismas hacían, incluso, ahí mismo. Se trataba de una protesta pacífica en contra de la violencia económica que viven las mujeres, una acción con la que buscaban hacerse visibles y alzar la voz.
Su entrada y permanencia en las instalaciones del Metro no fue impedida por las autoridades del Sistema de Transporte Colectivo (STC), a cargo en ese momento de la exdirectora Florencia Serranía. La instrucción fue no confrontar.