Hay aproximadamente un 40 % de probabilidades de que, por lo menos en uno de los próximos cinco años, la temperatura media anual del planeta supere transitoriamente en 1.5 °C los niveles preindustriales, objetivo límite establecido por el Acuerdo de París contra el cambio climático . Y esas probabilidades aumentan con el paso del tiempo.
Según la publicación Global Annual to Decadal Climate Update, elaborada por la Oficina Meteorológica del Reino Unido, el centro principal de la OMM (Organización Meteorológica Mundial) para ese tipo de predicciones, hay un 90 % de probabilidades de que al menos un año del período comprendido entre 2021 y 2025 se convierta en el más cálido jamás registrado, desbancando así a 2016 del primer puesto.
Entre 2021 y 2025, es probable que las regiones de latitudes altas y el Sahel reciban más precipitaciones, y hay más posibilidades de que aumente la cantidad de ciclones tropicales en el Atlántico en comparación con el pasado reciente (valor definido como la media del período 1981-2010).
El boletín, elaborado cada año sobre la base de los conocimientos especializados de climatólogos de renombre internacional y sirviéndose de los mejores sistemas de predicción de centros climáticos de vanguardia de todo el mundo, dota a las instancias decisorias de información de aplicación práctica.
«No son meras estadísticas», dijo en un comunicado el Secretario General de la OMM, profesor Petteri Taalas. «El aumento de las temperaturas significa más deshielo, mayor nivel del mar y más olas de calor y fenómenos meteorológicos extremos de diversa índole, así como mayores repercusiones en la seguridad alimentaria, la salud, el medioambiente y el desarrollo sostenible», afirmó.
«Este estudio de alto nivel científico muestra que nos estamos acercando de forma cuantificable e inexorable al objetivo menos ambicioso del Acuerdo de París sobre el Cambio Climático. Es una nueva llamada de atención sobre la necesidad de acelerar la adopción de compromisos mundiales para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y lograr la neutralidad en carbono», explicó el profesor Taalas.
En 2020 –uno de los tres años más cálidos de los que se tiene constancia– la temperatura media mundial se situó 1,2 °C por encima de los niveles preindustriales de referencia, según la Declaración de la OMM sobre el estado del clima mundial en 2020, publicada en abril. En ella se destaca el deterioro acelerado de los indicadores del cambio climático, como la subida del nivel del mar, la fusión de los hielos marinos y los fenómenos meteorológicos extremos, así como el agravamiento de sus repercusiones en el desarrollo socioeconómico.
Los datos publicados en el boletín confirman esa tendencia. En los próximos cinco años, es probable que la temperatura media anual del planeta esté por lo menos 1 °C por encima de los niveles preindustriales (en el intervalo de 0,9 °C a 1,8 °C).
La posibilidad de que se alcancen transitoriamente valores de temperatura que superen en 1,5 °C los valores de referencia se ha casi duplicado en comparación con las predicciones del año pasado. Esto se debe principalmente a la utilización de un conjunto de datos de temperatura mejorado para estimar los valores referencia en lugar de basarse en cambios repentinos en los indicadores climáticos. Según se explica en el boletín, es muy poco probable (10 % de probabilidad) que la temperatura media mundial anual de los cinco años correspondientes al período 2021-2025 esté 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales.
El objetivo del Acuerdo de París consiste en mantener el aumento de la temperatura mundial en este siglo muy por debajo de 2 °C con respecto a los niveles preindustriales, y proseguir los esfuerzos para limitar ese aumento a 1,5 °C. No obstante, los compromisos nacionales de reducción de emisiones _las denominadas contribuciones determinadas a nivel nacional_ están actualmente muy por debajo de lo necesario para alcanzar ese objetivo.
En el boletín se tienen en cuenta las variaciones naturales, así como también la influencia humana en el clima, a fin de proporcionar los mejores pronósticos posibles de la temperatura, la precipitación, la configuración del viento y otras variables para los próximos cinco años. Sin embargo, los modelos de pronóstico no toman en consideración los cambios en los niveles de emisiones de gases de efecto invernadero y aerosoles fruto de las medidas de confinamiento adoptadas a raíz del coronavirus. Hasta la fecha, los efectos de esas medidas en las concentraciones atmosféricas de gases de efecto invernadero han sido escasos a causa de la prolongada pervivencia de muchos de esos gases en la atmósfera.