En la presentación del Tomo II del libro “La precisión de las encuestas electorales: un paradigma en movimiento”, dentro de la colección de los Cuadernos de Divulgación y Cultura Democrática, el Consejero del Instituto Nacional Electoral (INE), Ciro Murayama, expuso que las encuestas dan certeza y confianza a las elecciones y abonan a la deliberación pública.
En presencia de Paula Ramírez, coordinadora de la obra en la que también participan Alejandro Garnica, Francisco Abundis y Alejandro Moreno, el Consejero señaló que lo que trata el INE con este libro es exponer y entender la elaboración de encuestas en contextos electorales cerrados.
En el marco de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), el Consejero Murayama dijo que las encuestas siempre serán blanco de descalificaciones y ataques; no obstante, cuando se elaboran con una metodología profesional, permiten dar certidumbre y confianza a la ciudadanía en el proceso electoral.
Agregó que los problemas en las democracias en el mundo tienen vasos comunicantes con las encuestas de opinión, ya que siempre está presente la percepción pública –positiva o negativa- y las encuestadoras como figuras centrales en la recolección de información.
“Ante el cambio en la percepción de la ciudadanía, por una opinión pública cada vez más descreída, se ubica una población desconfiada y cada vez más reacia a responder y hacerlo de manera verídica”, refirió el Consejero.
Alejandro Garnica, Vicepresidente de la Asociación Mexicana de Agencias de inteligencia de Mercados y Opinión A.C (AMAI), denunció que el uso y el engaño en el discurso político se ha convertido en una constante al tomar el uso indiscriminado de las falsedades en la comunicación pública.
Ante ello, se pronunció por poner cotos y obstáculos al uso indebido de la posverdad en las encuestas.
A su vez, Francisco Abundis, director de Parametría, dijo que, al enfrentarnos al contexto de “yo tengo otros datos”, al entorno de las redes sociales y una vía digital en que una de cada tres personas recibe información y las reenvía sin verificarla, nos enfrentamos a un entorno de posverdad.
Ante ese panorama, acotó, los encuestadores se enfrentan al problema de la autoselección; es decir, ahora las encuestadoras deben ir por los entrevistados que ya están dispuestos a responder.
“Hoy cualquier ciudadano puede decir ‘yo tengo otros datos’ y quizá eso sea cierto, sólo que son datos no validados y sin rigor metodológico, lo cual altera la realidad”.
Habló sobre las encuestas por internet y la circulación de los resultados en las redes sociales sin una base metodológica, que genera un alcance limitado y un sesgo poblacional que inicia por el propio ingreso a internet.
En su oportunidad, Alejandro Moreno, director de Encuestas y Estudios de Opinión del periódico El Financiero, relató que estos ejercicios están atados a la democracia y ésta se beneficia del flujo y la medición de la opinión pública.
La cultura democrática tiene que ver con la cultura de las encuestas gracias a lo que ha hecho el INE en los últimos 25 años, con lo cual ha dejado una documentación enorme sobre los estudios de este tipo.
Ambos volúmenes, resaltó, son una colección de reflexiones sobre cómo nos estamos adoptando a las nuevas circunstancias, a través de una reflexión general sobre el cambio social y tecnológico en el estudio de la demoscopia.
La coordinadora Paula Ramírez, precisó que el INE convocó al Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) y la Asociación Mundial de Investigadores de Opinión Púbica, para la construcción del primer número, con el objetivo de conocer cuál fue el rol de las encuestas en el proceso 2017-2018: se concluyó que la preocupación se encuentra en las redes sociodigitales.
El compendio ofrece un panorama valioso sobre las dificultades que enfrenta el científico social para medir la opinión pública de una sociedad cada vez más diversa, plural y compleja, finalizó.