
Etiquetado frontal
Ante la epidemia de sobrepeso, obesidad y otras enfermedades crónicas no transmisibles que enfrenta nuestro país, un comité de expertos académicos del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), recomienda implementar un etiquetado frontal en alimentos procesados de forma sencilla.
Por medio de un comunicado, la Secretaría de Salud indicó que este etiquetado deberá permitir evaluar de manera rápida la calidad de un producto antes de su elección, con información precisa sobre los ingredientes nocivos para la salud: azúcares añadidos, sal, grasas trans y calorías totales.
El instituto indicó que por petición de la Secretaría de Salud se conformó un grupo de expertos académicos independientes y libres de conflictos de interés para realizar esta tarea.
El comité de expertos sugirió a la Secretaría de Salud y a la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) adoptar un sistema de etiquetado frontal, con el objetivo de facilitar la toma de decisiones de la población en la adopción de una alimentación saludable.
Y es que actualmente el 45 por ciento de las muertes en el país se debe a diabetes, problemas cardiovasculares y obesidad, enfermedades que también reducen cada año, 40 por ciento (11.4 millones) de años de vida con calidad.
La causa principal de esta epidemia es el alto consumo de productos no saludables, ya que la mayoría de la oferta alimentaria es de productos industrializados ultra procesados, con alto contenido energético y bajo valor nutricional.
Está demostrado que las medidas más efectivas para el fomento de una alimentación saludable son: la regulación de la publicidad, el etiquetado frontal de advertencia, un ambiente escolar nutricionalmente saludable y medidas fiscales.
Existe consenso mundial, basado en evidencia científica y avalado por instituciones académicas y las organizaciones internacionales de salud, sobre la utilidad de los etiquetados claros como los que han implementado Chile, Perú y próximamente Uruguay. La Organización Mundial de la Salud recomienda su implementación inmediata.
Existen diversos etiquetados de características confusas e inútiles como el GDA (utilizado en México), el Nutriscore (semaforización) y muchos otros que no ayudan a identificar claramente los productos de consumo no saludables.