Con el objetivo de contribuir a la reactivación del panorama cultural nacional, el espacio temporal multidisciplinar Galileo 92 abrió sus puertas con la colaboración con Andrea Paasch y Re Urbano, para dar continuidad a las iniciativas de CICLO Arte para todos.
Sus esfuerzos son reactivar la escena cultural en medio de la pandemia del coronavirus COVID-19 y la crisis mundial que las instituciones y agentes culturales enfrentan.
Galileo 92 es un edificio de tres plantas ubicado en Polanco, el cual se irá activando paulatinamente obedeciendo la arquitectura del lugar.
El primer espacio que se inauguró fue la planta baja que se convrtió desde noviembre en galería de exposiciones y además albergó un consultorio y un jardín.
Para esta primera fase de activación, CICLO invitó a colaborar a la artista Cristina Ochoa, quien realizó una investigación artística sobre los usos medicinales y rituales de las plantas a través de su proyecto PHARMAKON.
Esta artista creó para Galileo 92, el proyecto Spandemia, una intervención de sitio específico que consta de dos áreas en constante circulación y que busca generar la limpieza del aire por medio de la vaporización de plantas curativas.
El primer cuarto o consultorio está dividido por dos telas de algodón suspendidas impregnadas al vapor con plantas medicinales. Hay también un espacio para relajarse y un armario en el que se guardan diversas preparaciones, aceites, ungüentos, tinturas y semillas que la artista pondrá a disposición del público. Se tendrán en exhibición además herbarios, dibujos, plantas y otras telas tinturadas.
El otro espacio de esta intervención es un jardín al fondo en el que se conserva una fitolaca, planta medicinal que erróneamente es considerada plaga y que fue encontrada en el edificio. Con esta planta se tiñeron las telas suspendidas en el muro. En este mismo espacio hay un fogón con una olla de barro en donde se realizan preparaciones, vaporizaciones, teñidos y tinturas durante el tiempo que permanezca la intervención.
Para el espacio expositivo de la planta baja, CICLO invitó al artista Filogonio Naxín quien presenta 54 piezas de distintas series, además de dos murales hechos ex profeso para la exposición titulada Yo me iré y los pájaros seguirán cantando.
El trabajo de Filogonio abarca diversas técnicas tales como collage, acrílico, óleo, acuarela, tinta china y mono tipo. En su obra, el artista integra la flora y fauna de su natal Mazatlán Villa de Flores, Oaxaca. Sus personajes recurrentes que por lo general son zoomorfos representan una cosmogonía construida por el mismo artista.
La frase y título de la exposición Yo me iré y los pájaros seguirán cantando es una referencia al poema “El viaje definitivo” de Juan Ramón Jiménez y alude, al igual que el poema, a la continuidad de la vida en el mundo, tras nuestra muerte y desaparición.
Varias de las obras incluidas en la exposición son una reflexión de la manera en que está cambiando la tierra a causa de las prácticas de consumo y de habitar del ser humano y el hecho de que a pesar de que estamos presenciando la destrucción de ecosistemas completos y la extinción de especies, pensamos que como especie vamos a prevalecer, cuando en verdad si se extingue la especie humana, la vida en el planeta continúa y nos sobrevive.