Por Ángel Álvaro Peña
Como lo habíamos denunciado en este espacio, el más evidente pillo de la administración pública priista es nada menos que un hombre que acompañó a Enrique Peña Nieto por más de 12 años inventado carreteras y construyendo mentiras a lo largo de los caminos del país.
Ahora, la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público lo investiga, según afirmó el jefe de esta agencia, Santiago Nieto. “Hemos estado trabajando con la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, respecto a casos de corrupción de la anterior administración con OHL”, informó.
Pero el responsable del socavón de la carretera a Cuernavaca tiene mucha cola que le pisen, Ruiz Esparza enfrentó acusaciones de corrupción por haber favorecido la operación de OHL en el Estado de México, entidad donde también fue secretario de comunicaciones, mediante el otorgamiento de concesiones de donde habrían salido recursos para financiar campañas del PRI.
Ha sido involucrado en audios entre directivos de OHL en los que era señalado de haber dado información confidencial para favorecer a esta firma. Por estos hechos, el exfuncionario fue denunciado ante las Fiscalía General de República, por la iniciativa Ahora.
Pero ahí no terminan las fechorías de este hombre, porque siempre cobijó a otro delincuente de la administración pública que fue Guillermo Ruiz de Teresa, quien fuera Coordinador General de Puertos y Marina Mercante de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes.
Este personaje fue señalado por diferentes excesos en su gestión, como el hecho de aterrizar en un Área Natural Protegida de Yucatán, junto con el senador priista Emilio Gamboa Patrón y el empresario Emilio Díaz Castellanos.
Por si fuera poco, designó a su propio hijo, Guillermo Ruiz de Teresa Mariscal, como titular de la Unidad de Políticas de Transparencia y Cooperación Internacional de la Secretaría de la Función Pública. El joven es arquitecto por la Universidad Iberoamericana.
En su puesto, Ruiz de Teresa Mariscal gozó de un salario mensual de 111 mil 154 pesos, que incluyó seguro institucional de retiro, de gastos médicos y de separación del cargo. El cargo contemplaba la asignación de un vehículo por hasta 7 mil 500 pesos mensuales y equipo de telefonía celular por mil 300 pesos, también por mes.
Ruiz de Teresa Mariscal, en su cargo de encargado de la Transparencia Mexicana, nunca declaró correctamente sus bienes.
Este tipo de gente que siempre abrigó el exsecretario de Comunicaciones y Transportes nunca fueron investigados, ni siquiera cuestionados en su quehacer administrativo. La censura a los medios del régimen pasado impedía denunciar a funcionarios cercanos al presidente de la República.
Así, Gerardo Ruiz Esparza, en 12 obras carreteras que involucran a 10 estados, acumularon, en su momento, más de 70 irregularidades en su construcción y planeación. El posible daño al erario, según lo calculado por la Auditoría Superior de la Federación, ascendería a los 275 millones 317 mil 259 pesos.
Otro problema que se repitió en las obras carreteras fue la falta de un proyecto ejecutivo desde el periodo de la licitación y cuando las obras ya estaban en marcha. La ausencia de esos planes básicos provocó que los trabajos de construcción se hicieran con cálculos errados o más costosos. También se encontró que el dinero destinado a las carreteras sirvió para pagar viáticos de servidores a sitios que no tenían relación con las obras o se utilizó para pagar otras cosas, como la construcción de una secundaria.
Entre otras graves anomalías de Ruiz Esparza está la ampliación de la carretera Palenque-Catazajá, en Chiapas, donde tuvo como principal problema los pagos por más cemento del que se recibió y por el inicio de la obra sin pólizas de seguros contra daños a terceras personas y en sus bienes, pérdida de maquinaria, equipo de construcción, pérdida de materiales y seguros de vida para su personal.
La ampliación y modernización del camino alimentador China-E.C. (Haltunchen-Cayal), en Campeche, es una obra que se inició sin proyecto ejecutivo, aun cuando es un requisito indispensable.
Y esto es sólo una muestra de todas las anomalías cometidas por Ruiz Esparza, y aprobadas por Peña Nieto.
Ahora, está la experiencia y honestidad de un nuevo secretario de Comunicaciones y Transportes, como el ingeniero Javier Jiménez Espriú, ingeniero Mecánico Electricista, miembro de la Generación 1954 de la UNAM. Se especializó en Refrigeración Industrial en el Conservatorio de Artes y Medidas de París, Francia.
Es un eficiente ingeniero y un convencido de las nuevas reglas del juego administrativo de la Cuarta Transformación.
Se trata de un profesional con ideas políticas claras, que seguramente mostrará su experiencia y honestidad.
Desde luego que, para algunos medios, todo lo que sobresalga de la actual administración es malo, deficiente y deshonesto.
El dolor de la derrota electoral le ha hecho delirar a la oposición, y dentro de esas especulaciones se ha soltado el rumor de que el actual secretario de Comunicaciones y Transportes, Jiménez Espriú, está gravemente enfermo de un mal incurable y mortal.
Fue director de la Facultad de Ingeniería en el período 1978-82.
Jiménez Espriú como Subsecretario de Comunicaciones y Desarrollo Tecnológico de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, cargo que desempeñó de 1982 a 1988, tuvo importantes responsabilidades, entre las que destacan: la coordinación del proyecto del “Sistema de Satélites Morelos”, la puesta en la órbita geoestacionaria de los satélites y el establecimiento de su Centro de Control; la selección del primer astronauta mexicano, y el restablecimiento del sistema nacional de telecomunicaciones luego de los sismos de 1985.
Designado Secretario General Administrativo de la UNAM por el Rector el Dr. Guillermo Soberón, tuvo a su cargo, entre otras cosas, el proyecto del Centro Cultural Universitario, que se inició con la construcción de la Sala Nezahualcóyotl.
En 2008, la Asociación de Ingenieros y Arquitectos de México lo designó “Premio Nacional de Ingeniería”.
En 2016, fue electo por la ciudadanía Diputado Constituyente para elaborar la Carta Magna de la Ciudad de México, cargo honorífico que le permitió participar en la elaboración de ese documento histórico promulgado el 31 de enero de 2017.
Es Secretario de Comunicaciones y Transportes desde el 1º de diciembre de 2018.
Es decir, nada que ver con su antecesor, quien deberá ser investigado y no hay duda de que es culpable de varios delitos. Será encarcelado. PEGA Y CORRE. – Seguramente habrá jitomatazos y huevazos en el recinto donde podría llegar el gobernador de Veracruz a dar su informe. Es muy probable que no asista y envíe a alguien en su nombre para no tener que ver que los comunicadores de la entidad no asistirán y otros, simplemente empezarán a gritarle, por lo menos, mentiroso. Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.