Columna: Pensamiento crítico
La elección en el Estado de México representa el mayor laboratorio político rumbo a la elección presidencial de 2024 por ser la entidad con mayor densidad poblacional del área metropolitana y por su compleja estructura social vinculada a la economía informal controlada por grupos fácticos de poder ligados al régimen priista-mexiquense.
Génesis política contemporánea del Estado de México
El Estado de México ha sido gobernado por una élite mexiquense gestada en el régimen priísta que se caracterizó por monopolizar el poder económico desde los tentáculos del Estado a través de concesiones entregadas a particulares aliados del régimen político (los famosos presta nombres). Entre el repertorio de los modelos de negocios creados al amparo del poder se encuentran las concesiones del transporte público, así como las concesiones para construir y cobrar peaje en autopistas construidas con recursos públicos, concesiones en el mercado de energéticos; tales como son el gas lp y las estaciones de servicio de Pemex (gasolineras) en lugares estratégicos, así como el acaparamiento histórico de miles de hectáreas de territorio a precios irrisorios entregados desde el Estado a particulares vinculados al régimen priista-mexiquense.
Cientos de ejemplos se pueden seguir citando de como la élite priista gobernante se enquistó en la economía informal del EdoMéx a través de la organización de los tianguistas y demás gremios propios de la tradición corporativista del PRI que también incluye el desvío de recursos públicos a través de empresas fantasma como documentó The Guardian días antes de la elección mexiquense.
En Cuautitlán Izcalli de donde es originaria Alejandra del Moral existe un monopolio del transporte público en manos del cacique Axel García Aguilera que desde su paso como presidente municipal (1988-1990) se entregó a si mismo concesiones para operar IZGASA en las rutas de mayor afluencia en el Mpio. de Cuatitlán Izcalli, misma situación se replicó en todos los municipios mexiquenses con su respectivo cacique local beneficiado desde el régimen priista para controlar atemporalmente el negocio del transporte público, modelo creado por el mismísimo Prof. Carlos Hank González, miembro de la élite priista y del Grupo Atlacomulco, ex gobernador del Estado de México (1969-1975) desde donde encumbró a su familia hasta convertirla en co-propietarios de Grupo Financiero Banorte para entender el parámetro de riqueza vinculada con el grupo mexiquense.
Origen y conformación del «Grupo Atlacomulco»
Durante el periodo de la Revolución Mexicana, Isidro Fabela decidió unirse a la fuerza constitucionalista de Venustiano Carranza en mayo de 1913, posteriormente, este lo designó Oficial Mayor de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), durante el periodo del 21 de agosto al 26 de noviembre de 1914; aunque, para entonces, el gobierno de Carranza no tenía reconocimiento internacional.
El denominado Grupo Atlacomulco se gestó a partir de la imposición de Isidro Fabela (originario de Atlacomulco) como gobernador del Estado de México En 1942, debido al ASESINATO del gobernador zapatista del Estado de México, Alfredo Zárate, fue designado Fabela como Gobernador Interino por la legislación local, su gobierno fue acusado de ser anticonstitucional por varios diputados locales, sin embargo, Fabela cumplió su mandato hasta 1945 apoyado desde Europa.
La gestación del Grupo Atlacomulco continuó con el ascenso de Alfredo del Mazo Vélez de manos de Isidro Fabela. Del Mazo (abuelo) se convirtió en el primer gobernador del PRI; el mexiquense gobernó la entidad entre 1945 y 1951 y fue cercano al presidente Miguel Alemán Valdés donde participó en su gabinete.
A partir de dicho periodo marcado por las guerras mundiales en Europa, se gesta un periodo de acelerado crecimiento económico conocido como el «milagro mexicano» donde el Estado de México tuvo un papel toral en la expansión del área metropolitana para negocios inmobiliarios y de todo tipo en un estado virgen habido de progreso.
Posteriormente, Alfredo del Mazo González, hijo de del Mazo Vélez, gobernó la entidad de 1981 a 1996, sin embargo, los gobernadores Sánchez Colín, Gustavo Baz Prada, Juan Fernández, Carlos Hank y Jorge Jiménez Cantú formaron parte del denominado Grupo Atlacomulco.
Posteriormente, Arturo Montiel regresó a la familia Del Mazo al poder del Estado de México y lo entregó a su sobrino Enrique Peña Nieto que a su vez lo entregó a Alfredo del Mazo siendo Presidente de la República en el último coletazo de poder de su sexenio.
Análisis aritmético-político del triunfo de la Maestra Delfina Gómez en el Estado de México
El triunfo de Alfredo del Mazo en el año 2017 con todo el apoyo del Estado por órdenes de Peña Nieto logró movilizar 2 millones 41 mil votos en alianza con el Partido Verde Ecologista (PVEM) y Nueva Alianza que perdió su registro en el proceso reciente de 2023. La Maestra Delfina en aquella ocasión obtuvo 1.87 millones de votos según el conteo final del IEEM y del Tribunal Electoral sin embargo su máximo histórico lo obtuvo con Eruviel Ávila con 3 millones de votos que operó Peña Nieto como experimento previo a su campaña presidencial de 2012 patrocinada por OHL.
Ese dato es muy importante porque queda en evidencia el poder de compra del voto del PRI en 2011 supera inclusive los 2.1 millones de MORENA en el triunfo de Delfina y esa es la primera premisa de la balanza inclinada por el Partido Verde.
La tercera posición fue para el PRD con un millón 84 mil 571, seguido del PAN con sólo 682 mil 520 sufragios en aquella elección de 2017.
En síntesis, el PRI si logró movilizar todo su aparato al obtener 1.75 M de votos en gran medida a través del programa «salario rosa» entregado discrecionalmente a las lideres vecinales priistas encargadas de la movilización el día de la elección y de todas las triquiñuelas del partido más corrupto y especialista en fraudes electorales, situación que quedó documentada con el «embarazo de urnas» y las denominadas «casillas zapato» donde hubo más votos que electores registrados en padrón electoral según documento El País.
El PAN obtuvo 19 mil votos más en la presente elección 2023 en comparación con los 682 mil sufragios obtenidos por Josefina Vázquez Mota, situación que deja en evidencia el estancamiento de sus estructuras.
El contexto histórico expuesto a modo de introducción es de suma importancia para entender el poder político y el poder económico del Grupo Atlacomulco en el Estado de México vinculado a uno de los grupos financieros más grandes del país. Es importante entender la magnitud del triunfo popular de una humilde Maestra rural de Texcoco cobijada por el movimiento político del presidente López Obrador logró derrocar a una monarquía instaurada hasta lo más recóndito del sistema social, situación que quedó plasmada a pesar del triunfo de MORENA ya que el PRI continuará siendo gobierno en 72 de los 125 municipios mexiquenses, es decir que la próxima gobernadora Delfina Gómez tendrá un tablero municipal donde el 62% de los municipios se mantienen gobernados por la oposición (PRI-PAN) según información de Diego Badillo publicada en El Economista.
Partido Verde Ecologista de México inclinó la balanza
Para la concreción del triunfo de la Maestra Delfina se requirió de aritmética fina para que MORENA le arrebatara el Estado de México al PRI y para ello tuvo que echar mano del partido corporativo del PVEM conocidos en el argot político como «los verdes» para poder cerrar la pinza del triunfo.
Es de conocimiento público que existe un sector de la sociedad mexicana que no está politizada, situación exhibida en el resultado electoral donde se registró un 50% de abstencionismo en el Estado de México, sin embargo, el grave problema de la democracia mexicana es que ese universo de 6 millones de personas (50% del padrón) que no votaron el día de la elección son el caldo de cultivo para la compra y coacción del voto.
La realidad es que el PRI se enquistó en el poder durante setenta años porque supo administrar la entrega de dádivas y apoyos para simular el desarrollo de procesos electorales, aunado a un control riguroso de los medios de comunicación y de todas las instituciones del Estado operando para imponer al Partido de Estado.
Otra realidad es que existe un sector de la población que vende su voto para soslayar la marginación de la vida diaria prácticamente como un «uso y costumbre» adoptado y aceptado socialmente. Existe una economía informal que depende de los procesos electorales y mucha gente está dispuesta a entregar su sufragio a cambio de un apoyo financiero, material o alimenticio.
Es ahí donde entra el papel toral del Partido Verde como herramienta aritmética-política manifestada en la elección del Estado de México donde los 624 mil votos representaron la diferencia de 8 puntos entre Alejandra del Moral y Delfina Gómez.
El Partido Verde implementó códigos QR en las elecciones del Estado de México y Coahuila para modernizar la auditoria y operación en la coacción de los votos, sin embargo, la oposición no tiene calidad moral para denunciar la situación ya que su génesis son los fraudes electorales y la compra del voto operada desde los programas sociales, situación que quedó sepultada con la universalidad de los programas de bienestar plasmados a nivel constitucional impulsada por AMLO.
Sin embargo, lo preocupante es que se empoderen los partidos corporativos como el PVEM para inclinar la balanza de las elecciones y una vez que el fenómeno social que representa López Obrador se extinga en el tiempo quede abierta la puerta para el regreso de la derecha a través de esos partidos satélites que carecen de ideología o agenda política vinculada al pueblo y que en el pasado ya han sido aliados de la derecha, tanto del PAN como el PRI.
Otro factor trascendental fue el papel político del partido Movimiento Ciudadano dirigido por Dante Delgado que decidió no postular candidatos a gobernadores en Estado de México y en Coahuila para no alterar la aritmética diseñada por Morena, funcionando como un coqueteo hacia el movimiento lopezobradorista rumbo al 2024 y como parte del ajedrez político del proyecto de Marcelo Ebrard que tiene la puerta abierta ante cualquier eventualidad antidemocrática en el desarrollo del desorganizado proceso interno de Morena y aliados (PT y PVEM).
Sin embargo, la oposición nacida de los fraudes electorales y del saqueo de la nación producto de la marginación social de 40 años de neoliberalismo no tienen la calidad moral para denunciar la compra del voto del Partido Verde cuando ellos basan su existencia en ese mismo modelo.
La realidad es que gobernar México es sumamente complejo por su diversidad plurinacional y el crecimiento demográfico acelerado por lo que el liderazgo del Presidente Andrés Manuel López Obrador no se repetirá en el corto plazo con otra figura política, sin embargo, en la gran fuerza de AMLO, radica también la debilidad de Morena ante un fenómeno social que continúa siendo un movimiento que gira al rededor del presidente y que no ha evolucionado hacia un partido con vida institucional, con vida propia capaz de vencer por si mismo al viejo régimen como ya quedó de manifiesto en los ocho puntos de diferencia en la elección del Estado de México donde la tesis de esta columna es precisamente puntualizar que la balanza del resultado fue inclinada por el Partido Verde a través de la compra del voto.
El éxito del PRI como partido de Estado radicó en la formación de cuadros políticos, mismos de los que emanan el propio AMLO, Ebrard, Monreal y Manuel Velasco.
Sin embargo, en un escenario global de profunda transformación económica, dinámico crecimiento poblacional y avances tecnológicos acelerados, las elecciones en México se siguen ganado como en el Siglo XX a través de la coacción del voto, cimiento y pieza angular del sistema político-partidista de México perpetuado durante 30 años desde la conformación del IFE en el sexenio de Zedillo y sin miras a transformarse por el dominio sistémico de los partidos políticos incluido morena.
El peligro más grande para el país es el espacio vacío que dejará López Obrador y la incertidumbre de quiénes ocuparán esos espacios ya que existen múltiples casos documentados de miembros del viejo régimen incrustados en Morena, el PT o el PVEM que han sido recibidos en su carácter de operadores para la movilización de votos derivado de la perpetuidad del sistema político-partidista.
Síntesis: ¿Qué debe cambiar?
El sistema político debe evolucionar hacia la digitalización del voto a través de biotecnología para garantizar el voto libre y secreto y un sistema de segunda vuelta electoral como el de Brasil y Chile, sin embargo no existe remedio mágico en el corto para plazo para evitar que la gente en situación de marginación no venda su voto para sobrevivir en un sistema capitalista cada vez más agresivo. De igual forma sería muy ingenuo tratar de ganar elecciones solo con «votos ideológicos» cuando la derecha está hábida de comprar votos de analfabetos políticos para regresar al poder y continuar rematando los bienes de la nación.
La herramienta más poderosa de López Obrador siempre ha sido la retórica del discurso que utilizó desde el año 2000 cuando obtuvo la jefatura de gobierno y misma que mantuvo durante 18 años hasta el triunfo del 2 de julio de 2018 que también hay que destacar el fenómeno social y económico producto de la presidencia de Donald Trump en EE.UU., situación que cambió paradigmática-mente el escenario global y de paso en México favoreció el triunfo de AMLO en un escenario de incertidumbre donde los poderes fácticos del país le abrieron paso al triunfo democrático y popular que se había frenado desde la elección de 2006 con el fraude electoral y en 2012 con la compra masiva de votos.
El objetivo preciso de esta columna es alertar a la sociedad politizada sobre el escenario real del país rumbo al 2024 y los riesgos anti-democráticos que se perpetúan basados en un sistema político construido para ganar elecciones a través del poder económico que continúa bajo el mismo statu quo desde hace 40 años en México.