Por Alejandro Villegas..
El pasado, ese que tanto critica, sin duda es el mejor aliado del ciudadano presidente, porque le permite deslindarse abiertamente de toda culpa por acontecimientos del presente.
La excusa perfecta, para que el ciudadano presidente a pesar de contar con más de dos años de gestión pueda deslindarse de toda responsabilidad.
El pasado y sus decisiones en materia energética y no los funcionarios del presente son los responsables del apagón que afecto a millones de familias en el norte del país.
La política en materia energética del pasado a decir del ciudadano presidente es quien debe cargar con el peso de la culpa y hacia donde debe dirigirse el encono social por las afectaciones.
A los funcionarios del presente sólo debe agradecerse la rápida atención para sacar adelante la situación.
Esa es la visión del ciudadano presidente, en la que el pasado y sus protagonistas representan una puerta de escape que le permite, ante toda situación salir adelante, y poner a salvo su imagen.
Lo malo es que, se trata del segundo apagón de grandes dimensiones que se registra en poco espacio de tiempo. Del primero pese a haber exhibido un documento que después fue reconocido era falso, para pretender explicarlo, la CFE y por ende la actual administración trató de salir bien librado, en el presente caso, la culpa es del pasado.
Vacunación
El inicio de la vacunación de adultos mayores se caracterizó por largas horas de espera, así como por la incertidumbre que permeó entre quienes se sintieron excluidos al no residir en sitios donde se realizó.
Lo cierto es que por más que se insista la campaña tiene poco de nacional, porque se focaliza, con criterios que no han sido explicados de manera precisa y su estrategia ha sido poco explicada.
De ahí que sería imperativo que el ciudadano presidente o bien el ciudadano subsecretario López Gatell, realizaran una explicación puntual del programa de vacunación contra el COVID-19, que permitiera realizar un seguimiento preciso de su aplicación.
Sin embargo, ello no sucederá porque tras los descalabros registrados desde el pasado 24 de diciembre en materia de suministro, distribución y aplicación, resulta altamente inconveniente para la imagen de la actual administración, pero sobretodo para el posicionamiento político-electoral del ciudadano presidente.