Alejandro Villegas..
En un franco reto al árbitro, el ciudadano presidente azuza a la población para que refrende su confianza en la 4T, al tiempo que sin el menor recato invade la arena electoral.
Recurre al miedo para tratar de influir en el electorado al hablar de los procesos de 1988 y 2006, a los que califica de fraudulentos.
Expone lo que considera, sin aportar más prueba que su dicho, las consecuencias perniciosas del liberalismo y la guerra contra el crimen organizado.
Además de ver con buenos ojos que la Fiscalía Electoral haya actuado contra candidatos al gobierno de Nuevo León, por las acciones anómalas que denunció verbalmente la semana pasada.
En su pretensión de ganar la mayoría de las gubernaturas y conservar la mayoría en la Cámara de Diputados, el ciudadano presidente trasgrede la ley, sin el menor temor a que le apliquen alguna sanción.
Asume para él, un derecho que no ejercieron porque les estaba prohibido, sus antecesores, pero que él considera como legítimo.
Es más que claro que el ciudadano presidente empieza a actuar con desesperación, ante la percepción de una tendencia desfavorable.
Sin la menor duda, percibe que la colectividad le pasará la factura el próximo 6 de junio, en las urnas.
Línea 12
Dentro de cinco semanas, una vez que haya concluido el proceso electoral y se cuente con resultados firmes, se conocerá el resultado de la auditoria externa sobre el colapso de la Línea 12 del Metro de la CDMX.
Ello, representa sin duda un plazo más que conveniente para la administración capitalina y por supuesto para la 4T.
Pero como sea, al menos en principio, el veredicto ciudadano está en el aire.