Por Alejandro Villegas…
El ciudadano presidente se niega a aceptar las fallas que ha tenido la vacunación de los adultos mayores, a pesar de ser documentadas y acude al consabido recurso del complot ligado al montaje, para evadir la realidad.
No cabe duda que la sabiduría popular no se equivoca al advertir que no hay más ciego que aquel que se niega a ver.
Nadie puede negar la aplicación de las vacunas a un amplísimo número de adultos mayores, pero tampoco se puede ser omiso con las fallas por más involuntarias que puedan ser.
El hecho de que el ciudadano presidente niegue la realidad y se enfoque en endosar culpas, proyecta su falta de cumplimiento al compromiso de no engañar que tanto enfatizó durante su campaña.
Si no se aplicaron las vacunas, no llegaron o se terminaron, en algunos lugares, la falla debe ser aceptada y en la medida de lo posible enmendada.
En caso contrario, la actitud férrea de negar la realidad por parte del ciudadano presidente proyecta su nula tolerancia a la crítica.
Endosar culpas, es un recurso verbal sencillo, pero que ante las evidencias poco tiene que hacer.
Educación
La insistencia del ciudadano presidente en retornar a la educación presencial, es otro factor que, sin duda, no es compartido por una parte sustancial de la sociedad, que ni siquiera es consultada sobre el particular.
Simple y sencillamente se plantea el retorno a clases presenciales, dejando en estados, autoridades escolares y padres de familia la determinación final.
Sin duda, la pandemia de COVID-19 está lejos de ser controlada no sólo en el país, sino a nivel mundial, por lo que tomando en cuenta que la mayoría de la población aún no cuenta con la inoculación, la apuesta del regreso a clases que mantiene el ciudadano presidente, permite apreciar otro aspecto de lo que podría ser considerada como una ceguera selectiva, de quien aprecia sólo aquello que le conviene.
Evidentemente, la cercanía de la elección intermedia plantea la necesidad de exhibir logros que en el plano material, simple y sencillamente no son tan espectaculares como se pretende proyectar desde el discurso.