Por Alejandro Villegas…
No bien acaba de pasar el espectáculo de la no rifa, cuando el ciudadano presidente le da continuidad al anunciar de nueva cuenta que ya hay un posible comprador del avión presidencial y los recursos obtenidos se utilizarán para fortalecer al sector salud.
No cabe duda que el ciudadano presidente está ávido de incrementar o el menos mantener su popularidad, mermada por la pandemia de COVID-19 y la crisis económica.
Trata de mantener vivo el ánimo social y el respaldo a su gestión, con elementos ajenos al pleno ejercicio del gobierno que se traduzcan en el desarrollo económico y social de la nación, con un marcado énfasis en la calidad de vida de la población.
Y ello, en gran medida, se debe a que el ciudadano presidente está concentrado en desahogar su agenda político electoral, lejos de atender los temas que en verdad interesan a la colectividad y pueden tener un mayor impacto social.
En este sentido, durante las próximas semanas veremos como mantiene el impulso a su agenda, en tanto el pueblo bueno que le brindó su apoyo para llegar a la titularidad del Ejecutivo, paga el costo.
Consulta
La nueva propuesta de consulta popular en torno al ingreso universal, sin duda, tendrá un impacto mayor entre la colectividad que la relativa al eventual juicio a los ex presidentes.
Sin duda, el COVID-19 dejó al descubierto una de las graves carencias de la economía nacional.
Una modalidad, en la que operan un elevado número de ciudadanas y ciudadanos, el sector informal de la economía, en donde carecen tanto de prestaciones como de acceso a servicios de salud, pero primordialmente un ingreso mínimo garantizado.
De ahí que sea inevitable que gobierno, empresarios y organizaciones sociales comiencen a analizar a profundidad la necesidad de garantizar a la población económicamente activa un ingreso universal, que en los hechos podría operar como una suerte de seguro de desempleo y para el que se requeriría un importante volumen de recursos económicos.
Pero quizá ello no se atienda con la celeridad requerida, por parte del ciudadano presidente, porque no es redituable en términos de propaganda.