Por Alejandro Villegas
De nueva cuenta el ciudadano presidente evade la realidad y dá su versión sobre la renuncia del ciudadano Jaime Cárdenas al Instituto para Devolverle al Pueblo lo Robado, aduce su separación a la falta de compromiso.
Y con ello, trata de evitar que los reflectores se centren en las anomalías que el ahora ex funcionario hizo públicas en su carta de renuncia.
Además, el ciudadano presidente señala que el pueblo los eligió, como si en las urnas la población hubiera votado a favor de todos los funcionarios que hoy integran su administración, cuando lo hizo sólo por él.
Al margen, pretende ignorar que otras separaciones como las de los secretarios de Hacienda y Comunicaciones y Transportes, así como del titular del IMSS, fueron acompañadas de sendas cartas en las que se plasmaron diversas anomalías y desacuerdos.
El ciudadano presidente advierte el compromiso que debe existir, entre sus colaboradores con la 4T y la determinación de combatir la corrupción, en busca de endosar culpas, antes que ir a fondo en las verdaderas causas de la separación de sus colaboradores.
Con los argumentos esgrimidos, el ciudadano presidente de nueva cuenta permite apreciar su carencia de autocrítica y análisis introspectivo, para apreciar las fallas y carencias de la 4T.
Chancla
Las modificaciones a la ley de protección a la niñez que buscan evitar el maltrato físico, sin duda son positivas, pero harán que pase a la historia el enorme cúmulo de anécdotas en torno a la afamadísima “chancla vengadora”.
El anecdotario es enorme y más que popular, al grado que alcanzó a integrarse a la modernidad, al ser plasmada en no pocos memes.
Además, habría que ver hasta donde podría afectar la sugerencia que ha hecho el ciudadano presidente a las señoras madres de quienes integran la delincuencia organizada para que reconvengan a sus hijos, a fin de que abandonen su carrera delictiva.
En una de esas, lo que hicieron los legisladores, fue sopesar el verdadero peso de la palabra, para evitar la frustración infantil.
Remuneraciones
En lo que constituye un segundo intento, todo indica que ahora sí, se legislará para evitar que cualquier servidor público gane más que el ciudadano presidente, con lo que él residente de Palacio Nacional, aunque lo nieguen sus correligionarios, podrá cumplir con uno de sus más profundos caprichos.
Aunque claro siempre podrá verse como una medida positiva que responde a una demanda ciudadana, para que los servidores públicos vivan en aquella justa medianía, enarbolada por el juarismo. Algo positivo, pues, sobretodo para las arcas nacionales, pero por el momento abona a la imagen del ciudadano presidente.