Por Alex Villegas..
En medio de la tormenta perfecta, el sistema nacional de salud está a prueba y con ello, muchas de las aseveraciones del ciudadano presidente relacionados con la pandemia de COVID-19.
El número de camas de hospital y respiradores que se dedicarán para brindar atención a los enfermos de COVID-19, aparecen como mínimos ante el volumen de contagiados que puede presentarse, de acuerdo a la proyección oficial.
Y a ello, sin duda se agregará en lo inmediato, la preocupación social por el incremento que comenzó a registrarse en el número de fallecidos que en el plano nacional está por rebasar el millar de casos, así como el rápido aumento de quienes dan positivo.
Evidentemente, este es el momento en el que el ciudadano presidente debiera tomar medidas más severas y atinadas, para enfrentar la situación que no sólo tendrá sus consecuencias más graves, en el plano sanitario, sino primordialmente en la economía, el trabajo y la calidad de vida de la población.
Sin duda, ante el número de fallecimientos que se espera elevado, lo más grave será el grave panorama de crisis que enfrentará el país en los próximos años.
Pero de ello, por el momento poco o nada hace el ciudadano presidente más allá de dar continuidad a acciones de corte paternalista electoral.
Ya el tiempo y los electores, se encargarán de pasarle la factura al ciudadano presidente, en la elección intermedia.
Información
El gobierno del ciudadano presidente y en general los estatales, por desgracia, no han tenido la delicadeza de informar de manera cotidiana el número de camas de hospitales y respiradores disponibles en cada centro hospitalario.
Quizá, ello se deba a que justo en el inicio de fase tres, podría despertarse el pánico social si se aprecia que tanto camas como respiradores están casi agotados en el plano nacional.
En paralelo, tampoco se ha informado el número de cadáveres que han sido incinerados, así como el de enfermos de COVID que han fallecido en sus hogares.
Y tampoco existe un registro claro del número de trabajadores de la salud que se han contagiado.
En consecuencia, como sociedad bien haríamos en pedir que se brinde información completa sobre la evolución del panorama que se enfrenta.
Pero eso sí, el ciudadano presidente enfila sus críticas contra los medios críticos, aquellos que no están dispuestos a asumirse como aplaudidores incondicionales de sus ocurrencias verbales y de conducción nacional, en lo que debe traducirse como un contrasentido de quien se asume como demócrata y respetuoso de la libertad de expresión.