Por Alejandro Villegas…
Lejos muy lejos quedó la posición que pregonaba abiertamente durante su larga campaña política, el hoy ciudadano presidente ante las desgracias nacionales, como la ocurrida en la línea 12 del Metro de la CDMX.
Se pronuncia por la justicia, pero ya no pide la separación del cargo de los funcionarios responsables.
Ni critica su falta de cercanía real con los afectados y los deudos de quienes fallecieron.
A todas luces, ello se debe a que no es lo mismo criticar el ejercicio del poder, que estar al frente del país. La visión de los hechos es muy diferente. Y lo que antes se demandaba con vehemencia, hoy se deja de lado.
El ciudadano presidente en este caso, como lo ha hecho a lo largo de sus más de dos años de gestión, prefiere dirigir sus criticas, al pasado y supuestos contubernios, al tiempo de criticar el desempeño de medios y periodistas críticos de su gestión.
Para el ciudadano presidente, al parecer es suficiente con expresar su solidaridad con los afectados y decretar tres días de duelo, así como dejar la conducción del caso en manos de la Jefa de Gobierno y quienes realizarán los peritajes.
Mantiene una sana distancia sobre el tema, minimizando en los hechos, la preocupación que expresa en el discurso, para no afectar su imagen.
Quizá por ello, no acudió al lugar de los hechos, ni buscó dialogar directamente con los afectados, tampoco involucra de manera directa a su administración en el desarrollo de las indagatorias, que bien pudo darse a través de la FGR, mediante la figura de la atracción.
Es más que evidente que el ciudadano presidente, lejos de involucrarse trata de mantener distancia y minimizar los eventuales efectos del evento, en su gestión.
Por lo pronto, no sólo la directora del Metro y Marcelo Ebrard se mantienen firmes en sus respectivos cargos y hasta cierto punto alejados del tema, Mario Delgado, quien también estuvo involucrado en la construcción de la Línea 12 del Metro, no ha fijado posición.
Desafortunadamente, la desgracia no puede traducirse en votos. Esta es la forma en que la 4T le da vuelta a la página y sigue de frente.
El pueblo bueno pone los muertos.
Campañas
Los dirigentes del PRI, PAN y PRD acudieron a Puebla para mostrar el músculo durante el inicio de la campaña de Eduardo Rivera, quien busca ejercer por segunda ocasión el cargo de presidente municipal.
Como adversaria tiene a Claudia Rivera, alcaldesa con licencia que busca la reelección.
La campaña se espera cargada de desacalificaciones y criticas por las fallas de ambos al frente del Ayuntamiento de Puebla.
Y por supuesto el tema obligado será la revisión de las cuentas públicas y el patrimonio de ambos contendientes.
Con ello la opción del elector será sufragar por el menos peor.