Por Alex Villegas..
En el discurso del ciudadano presidente, el muro, las decisiones en política migratoria y la imposición de aranceles quedaron fuera para dar paso a la diplomacia.
En ese plano, el de la pretendida cordialidad, no hay espacio para el recuerdo de lo negativo, por lo que se privilegió el respeto y la armonía mutuas.
El mensaje y el comportamiento terso prevalecieron, para que el ciudadano presidente tuviera por decirlo de alguna forma un día terso, en el que se dejó de lado toda suerte de reclamos.
La reunión con el presidente Trump, se armó de tal suerte que se evitaron hasta los cuestionamientos de los representantes de los medios de información, para proyectar la imagen de una relación afectuosa y con un futuro promisorio.
Ya habrá tiempo y espacio, para que el inquilino de la Casa Blanca arremeta de nueva cuenta contra México, en tanto que el ciudadano presidente seguirá enarbolando la bandera de la paz y la no confrontación.
Ver para creer. Hasta en el plano internacional y en particular en la relación con Estados Unidos, el ciudadano presidente no sólo tiene otros datos, sino también otra visión. O de plano padece amnesia.
Duarte
En el marco de su visita a Estados Unidos, la justicia estadounidense aprehendió a César Duarte, acción que permite recordar que en el plano de la política no hay casualidades.
La detención, con fines de extradición aparece como un gesto de buena fe, que, en el plano real, aún está lejos de convertirse en un acto de ataque a la corrupción que se sumará a las acciones emprendidas a la fecha contra Rosario Robles y Emilio Lozoya Austin, en las que ha habido más ruido que nueces.