Por Alejandro Villegas..
El ciudadano presidente está de regreso con el optimismo a flor de piel. Aprecia un horizonte de recuperación económica y vacunación que son envidiables.
Es claro que el pregón de buenas expectativas en voz del ciudadano presidente contrasta con la realidad que percibe el pueblo bueno en sus expectativas y calidad de vida.
A casi un año del inicio del confinamiento los estragos derivados de la parálisis de varios sectores es más que perceptible. No son pocos los trabajadores que han están en una situación complicada, principalmente en el sector informal de la economía.
En tanto que el arribo de vacunas se aprecia lento, ante el tamaño de la población y frente a la velocidad con que se aplica en otras naciones, como Estados Unidos.
El panorama que trata de proyectar el ciudadano presidente a su retorno al púlpito mañanero, está muy alejado del que vive cotidianamente el pueblo bueno, ese al que llama a brindarle su apoyo a mano alzada.
Lo malo en su primer aparición al frente de las mañaneras es, sin duda, su reiterada negativa a utilizar cubrebocas, con el argumento de que se trata de una decisión personal.
Y, con ello, lanza un mensaje más que cuestionable a la sociedad.
Elección
El proceso electoral avanza de manera franca, de acuerdo al calendario.
Los institutos políticos nominan candidatos no solo a las gubernaturas, sino también a la Cámara de Diputados y en breve harán lo propio para los congresos estatales y presidenciales municipales que estarán en juego.
La contienda electoral está por iniciar, pero ante la pandemia, simplemente no logra captar la atención del respetable, que todo indica, desde el confinamiento verá pasar frente a sí unas elecciones lejanas de su interés