Por Alex Villegas..
En el caso del Conapred, el ciudadano presidente actúa con el hígado, antes que como estadista.
Así queda de evidencia no solo con la cancelación del foro al que se había invitado a Chumel Torres y la disculpa pública ofrecida por éste, sino con la renuncia de la titular del Conapred, y la pretensión de eliminar ese Consejo, que posteriormente varió para plantear un perfil de quien debe estar al frente.
Como se quiera ver, en este caso, el ciudadano presidente mostró su escasa tolerancia ante sus subordinados y hasta donde puede llegar movido, sin duda por una presión de carácter afectivo.
Sin duda, Chumel pudo haber ido lejos con su crítica, pero el Conapred como institución resultó afectado, no sólo por la negativa del ciudadano presidente de conocer sobre su existencia, sino durante días, por las presiones de todo tipo a las que quedó expuesto.
Como sea este episodio permite exhibir una faceta del ciudadano presidente que recuerda aquella ocasión, en abril de 2008, en la que expresó: el movimiento soy yo.
Coordinación
La ciudadana secretaria Sánchez Cordero, enfrenta sin duda el mayor reto de su gestión al tratar de establecer puentes de coordinación con los mandatarios estatales, en torno a las actividades a realizar para enfrentar los contagios del COVID-19.
El meollo del tema va más allá del semáforo y su observancia, porque se quiera o no, a estas alturas del partido no son pocos los gobernadores que como los de Jalisco y Michoacán, mantienen abiertas diferencias con la administración federal.
Ello, en tanto que el ciudadano presidente se mantiene al margen del diálogo con los mandatarios estatales, por aquello de cuidar su imagen y evitar afectaciones colaterales a su proyecto.