Por Alex Villegas
El Plan Nacional de Infraestructura presentado por el ciudadano presidente llega tarde, porque a querer o no las expectativas de crecimiento económico de corto y mediano plazos en el país, son casi nulas.
En el horizonte inmediato, la situación no se mejorará a pesar de los proyectos anunciados, y ello impactará en un deterioro social.
El respaldo de inversionistas y empresarios que se aprecia en el discurso y los compromisos protocolarios, aparece como una acción forzada antes que como una determinación propia.
El ciudadano presidente aprecia un país en el que la economía marcha adecuadamente cuando la realidad se empeña en mostrarle lo contrario.
A escasos días de que se cumpla su primer año de ejercicio gubernamental, los grandes cambios anunciados están lejos de apreciarse y, reflejarse, en la mejora de la calidad de vida de la población.
Lo que si se aprecia a leguas es la operación de programas sociales de corte clientelar que se traducen en el relanzamiento de paternalismo gubernamental y el clientelismo político, versión 4T.
Terrorismo
El anuncio del presidente Trump que abre la posibilidad de que los grupos mexicanos del crimen organizado sean designados como organizaciones terroristas más allá de cualquier apreciación legal, se enmarca en el plano político electoral estadounidense.
La figura del conquistador del fin del mundo resurge para hacer valer el peso del gobierno estadounidense y las posibilidades de que tengan abierta injerencia en territorio mexicano, para combatir a los grupos terroristas, como lo ha hecho en su momento con los talibanes y el estado islámico.
Ante ello, la posición de la administración del ciudadano presidente poco importa, la realidad es que decisión se tomará en Estados Unidos, atendiendo los intereses político electorales.
México, será solo un espectador que intentará interactuar con la administración estadounidense, en aras de evitar ser evidenciado como una administración avasallada, como sucedió en el tema migratorio.
El sheriff del condado está presto a actuar en pos de dos objetivos claros, impulsar su reelección y desviar la atención de las amenazas de juicio político que pesan en su contra, y si para ello hay que ir tras grupos criminales tildados de terroristas para ganar el respaldo del respetable y fortalecer su base social, no dudará en hacerlo.