Por Alejandro Villegas
El ciudadano presidente por fin cedió ante la iniciativa privada. Anunció un plan de inversión conjunta, en infraestructura, con miras a reactivar la economía nacional, sin embargo, la duda inmediata es de dónde provendrán los recursos públicos.
Es más que claro que la inversión gubernamental, preponderantemente en proyectos de infraestructura es un detonador de empleos tanto directos como indirectos, así como en proyectos de inversión por parte del sector privado.
De ahí que el anuncio debe ser bien visto, aunque con sus reservas, porque hasta donde se aprecia, si no se quiere recurrir al endeudamiento y el grueso de los recursos que provendrán de la extinción de fideicomisos y no se entreguen a beneficiarios, se destinarán a la atención de la pandemia.
El plan que se basará, en gran medida, en el capital privado podría generar 185 mil empleos, sin duda, es positivo, pero frente al más de un millón de empleos que se estima se perdieron por la pandemia, resulta mínimo.
De cualquier forma, no puede dejar de apreciarse el hecho de que el ciudadano presidente tuvo que aceptar la colaboración de la iniciativa privada.
Por supuesto, sin dejar de lado las especulaciones sobre los entretelones de la negociación que antecedió al anuncio de la inversión.
Durazo
Alfonso Durazo reconoció su interés por contender por la gubernatura de Sonora y, en breve, podría separarse del cargo, para iniciar su actividad proselitista de manera abierta.
Y con ello, marcó el inicio de la eventual desbandada de funcionarios a los que el ciudadano presidente invitó a separarse de sus puestos, si tenían aspiraciones políticas de cara a los procesos electorales a realizarse en 2021.
Calma
El ciudadano presidente no ignora a sus críticos, pero los invita a esperar con calma la consulta de revocación de mandato, a realizarse en el primer trimestre de 2022, con el evidente propósito de mostrarse abierto a aceptar la voluntad popular.
En un segundo plano inhibir la realización de manifestaciones en su contra, y en paralelo tomar el control de los tiempos, marcar agenda en el rubro de las inconformidades.
Solo falta que sus detractores, cedan y esperen con calma la realización de la consulta prometida. Pero ello, difícilmente sucederá.