Por Alejandro Villegas…
El ciudadano presidente prometió que nadie estaría por encima de la ley, pero al parecer esa promesa no lo incluye a él.
Ello, debido a su argumento de que su libertad de expresión está por encima de todo.
De nueva cuenta trata de victimizarse al advertir que las medidas del INE para que ajuste sus expresiones durante las conferencias mañaneras equivalen a un golpe de estado técnico.
Al parecer el ciudadano presidente considera que puede estar a capricho por encima de las normas, pero ello es técnicamente imposible, aunque sin el menor rubor así lo sostenga en el plano verbal.
Desde las mañaneras, insiste en ser parte activa en el proceso electoral, en una acción que a todas luces se antoja perniciosa.
Sabe que sin su participación la suerte de su partido en las urnas estaría echada y la segunda parte de su gestión sería complicada.
En nombre de su versión de democracia, pretende pasar por encima del estado de derecho y erigirse en el supremo decididor del país, con la aparente certeza de que no será sancionado por su actuación.
Sólo falta que la colectividad se lo permita o le exprese su descontento en las urnas.
Zaldívar
Los argumentos de probidad y honestidad con los que el Legislativo morenista trata de justificar la ampliación de la gestión de Arturo Zaldívar como magistrado presidente del máximo tribunal del país, exhiben su desesperación.
Buscan justificar una determinación que vulnera el estado de derecho con argumentos moralistas.
Sin duda, en la Suprema Corte de Justicia de la Nación hay ministros identificados con el proyecto del ciudadano presidente, incluso magistradas como Margarita Ríos Farjat que fueron propuestas durante la actual gestión y que bien podrían acompañar el proyecto de la 4T.
Pero dictada la línea desde Palacio Nacional, los legisladores morenistas tratan de acatar la instrucción a toda costa.
La instrucción no se discute, se acata.