Por Alex Villegas..
El ciudadano presidente no perdió la oportunidad para tratar de sacar raja política a la pandemia de Covid-19.
No sólo se victimizó de nueva cuenta como presa de sus adversarios, sino que en un acto de verdadero histrionismo propuso adelantar la consulta para la revocación de mandato para la elección intermedia.
Pero no fue lejos por la respuesta de la oposición que, en términos generales, expresó que no son los tiempos ni las circunstancias propicias para atender el tema, por lo que no se moverá de la fecha fijada para 2022.
Y con ello, la propuesta del ciudadano presidente murió de manera unánime con la misma facilidad con la que fue expresada.
Sin duda, en estos días, el ciudadano presidente está más que urgido de un impulso a sus niveles de aceptación ciudadana y por supuesto el respaldo del pueblo bueno, que se han visto mermados como consecuencia de la epidemia de Covid-19 y la forma en que su administración la ha atendido.
Fase tres
Los señalamientos del ciudadano subsecretario López Gatell, en el sentido de que en algunas regiones del país existen las condiciones para declarar la entrada en vigor de la fase tres, abren más inquietudes entre la población.
Por tanto, como sociedad debemos entender que estamos en franca entrada de una fase tres que no se atreve a reconocer de manera abierta el sector salud.
Por otra parte, la guía bioética de asignación de equipos, para el tratamiento de Covid, representa de manera directa una condena a muerte para aquellos pacientes con menos probabilidades de sobrevivir y coloca en seria desventaja a los adultos mayores. Ello obviamente en un escenario de saturación de los servicios médicos, en el que tarde que temprano entrará el país.
Y, en paralelo, coloca a la colectividad en un severo predicamento en donde todo indica que la decisión de quién vive y quién muere, dependerá más de los médicos, la probabilidad y la edad, que de otras circunstancias.
Quién lo dijera.