Por Alejandro Villegas..
En su afán por demostrar la fortaleza de su gobierno, el ciudadano presidente exhibió su estrategia con el Legislativo a partir del 1 de septiembre. Señaló que bastaría que algunos legisladores de otros partidos los apoyaran para ser mayoría. O sea que va por el maiceo.
Y con ello, trazó la ruta de un comportamiento del pasado, una acción que tanto crítico durante su etapa como opositor, pero que hoy desde el púlpito presidencial se aprecia como un mal necesario para el avance y consolidación de la 4T.
Al tiempo, claro que permite recordar aquella máxima de Maquiavelo. El fin justifica los medios.
Todo antes que reconocer que dejó de contar con el respaldo abrumador del pueblo bueno, a pesar de que Morena haya obtenido buenos resultados en el proceso electoral.
Evidentemente los legisladores de Morena y sus aliados serán mayoría en la próxima legislatura, pero no contarán con la mayoría calificada para realizar las reformas constitucionales que puede requerir el ciudadano presidente y la aprobación de sus iniciativas requerirá de una intensa y fina labor de cabildeo.
Ahora tendrá que negociar y ceder en parte de sus pretensiones. Llegó la hora, quiera o no el ciudadano presidente de sentarse a dialogar con sus adversarios, como pares.
Pero en lugar de pensar en ello, abiertamente, el ciudadano presidente insiste en la fortaleza de Morena, y trata de encontrar la ruta para hacerse del respaldo de algunos cuantos legisladores que le permitan seguir adelante sin oposición alguna.
No acepta que la voluntad del pueblo bueno en la jornada electoral, marcó la línea de la negociación y el cabildeo.
Ojalá que el maíz que se utilice no sea transgénico.
Tamaulipas
La suerte del gobernador de Tamaulipas parece echada, pero habrá que esperar.
Lo modificación del Congreso de Tamaulipas, derivada de la elección del 6 de junio, deja a Morena con mayoría en el plano estatal, por lo que comenzó a especularse con el aval durante la próxima legislatura tamaulipeca para el desafuero.
Sin embargo, la realidad es que todo lo que se quiera intentar deberá pasar por la observancia de las leyes y el estado de derecho.
En este caso más allá de la inocencia o culpabilidad el gobernador de Tamaulipas, lo que debe prevalecer es el estado de Derecho y por supuesto el respeto al debido proceso.