El país entró oficialmente al aislamiento social y la administración del ciudadano presidente comenzó a tomarse las cosas en serio. La dispersión comunitaria del Covid determinó la adopción de medidas más severas, entre las que destacan el aislamiento social y el cierre de establecimiento en donde se realizan reuniones masivas, en lo que se reconoce oficialmente como Fase 2.
Incluso se contempla la intervención de las fuerzas armadas mediante el plan DN3 de atención a la población, en este caso enfocado al rubro de la salud.
Adicionalmente se habla de apoyos para quienes dejarán de percibir ingresos.
Sin embargo, poco se habla de la carencia de medicamentos y la capacidad de atención hospitalaria, al tiempo que se recomienda a la población permanecer en su casa en cuarentena, en caso de estar enfermo. Amén de no salir para evitar el contagio.
Y junto a ello, la posibilidad de que la mayoría de los enfermos se recuperen en sus hogares, sin necesidad de hospitalización o el suministro de medicamentos especiales.
Cuando han pasado apenas dos días de aislamiento, el largo tramo que queda por recorrer y que de acuerdo al ciudadano subsecretario López-Gatell podría prolongarse hasta por tres meses, se antoja más que complicado.
La batalla apenas empieza, pero lo generales con el ciudadano presidente al frente del contingente, adoptan medidas que se antojan adoptadas a destiempo y sin un impacto de fondo.
Abasto
El abasto de alimentos en medio de la emergencia sanitaria, es algo de lo que poco se ha hablado.
El ciudadano presidente no se ha atrevido a expresar que está garantizado el suministro de alimento y su comercialización ya sea en tiendas de autoservicio, almacenes, tiendas o mercados.
Los fantasmas de precarismo y el hambre comienzan a hacerse presentes, en un ambiente en el que no falta mucho para que se nueva cuenta se comience a hablar de los siete jinetes del apocalipsis.
Lo que inició con una crisis sanitaria, deriva por el momento en una depresión económica de graves consecuencias, y puede terminar por colapsar a la colectividad global.