Por Alex Villegas..
El ciudadano presidente se dijo ocupado, no solo preocupado por el tema de los feminicidios, al tiempo que expresó su respeto por las manifestaciones y la lucha de las feministas por mayor seguridad.
Lo malo es que lo expresado en términos verbales contrasta con la realidad que permea a lo largo y ancho del país y que no se fortalezca el trabajo de la Conavim, para que las alertas de género tengan un mayor impacto.
Evidentemente hay que reconocer que el ciudadano presidente se pronunció contra la pretensión de reclasificar el delito de feminicidio, pero todo ello, se debe ubicar en el plano estrictamente propagandístico-electoral.
Las mujeres no sólo representan un sector importante de la población, al tiempo que aumenta su presencia en todos los sectores políticos, económicos y sociales, también votan y en gran medida fueron ellas las que llevaron al hoy ciudadano presidente a ganar la elección, en su tercer intento por llegar a la titularidad el Poder Ejecutivo.
En consecuencia, solo resta concluir que el ciudadano presidente no está dispuesto a mover el avispero y distanciarse un segmento importantísimo de su base social, y para ello hace uso de su principal arma: la operación saliva.
Filtración
El caso Ingrid representa, sin duda, un claro mensaje no solo para los medios sino para todos los usuarios de las redes sociales, quienes parecen no estar conscientes del daño potencial que pueden causar con la difusión de mensajes, imágenes y videos.
Sin duda, el respeto, la civilidad y la ética debieran ocupar un lugar preponderante en materia de comunicación, sobretodo cuando se trata de información relacionada con cualquier crimen. Sin ignorar que los operadores de las redes sociales deben elevar aún más sus medidas para impedir la difusión de material sensible.
La llamada de atención para medios de comunicación en particular y, en general, para los usuarios de redes sociales está ahí, plasmada en la indignación social y no puede ser desatendida.