Por Alejandro Villegas..
El ciudadano presidente insiste en mantener la línea del paternalismo que le asegura respaldo social, en lugar de buscar soluciones de fondo a la problemática de pobreza en el país.
Y con ello, mantiene una línea de las administraciones tanto priistas como panistas que en su momento fue severamente criticada, por su presunto sesgo electoral.
Durante años, se denunciaron presuntas irregularidades en el manejo y asignación de los recursos de los programas sociales que operaron panistas y priistas, pero ahora se les mantiene con diferentes nombres, con la única diferencia de que pretendidamente se otorgan de manera directa a los beneficiarios.
Pero, de cualquier forma, los programas sociales no dejan de verse como una suerte de operación política en busca del respaldo social en las urnas, una manera de hacerse del músculo social que tanto requiere la 4T, bajo las actuales circunstancias sociales y económicas.
A la distancia, México comienza a parecerse -guardadas las debidas proporciones- a Venezuela, donde los programas sociales terminaron por ser lesivos para la población.
Justicia
El aval del ciudadano presidente para que las autoridades investiguen la presunta participación de su hermano Pio, en acciones ilegales, no representa de ninguna manera que se vaya a ir a fondo.
De entrada, sólo se trata de una expresión que puede no pasar de ahí, pero que obedece a la postura del hermano del ciudadano presidente quien aseguró que el tiempo para indagar los presuntos actos ilícitos ya habría prescrito.
Y el ciudadano presidente, a partir de sus principios morales, se ve obligado a recordar que nadie puede estar por encima de la ley, ni siquiera su familia.
Pero de ahí a que proceda una acción legal, hay una enorme distancia.