Por Alex Villegas..
La contingencia nacional por el covid19, sin duda pondrá a prueba la popularidad y aceptación del ciudadano presidente.
De entrada, los programas sociales de corte paternalista, requerirán de una inversión extraordinaria que obligará al ciudadano presidente a acudir al gasto de las reservas económicas y buscar el financiamiento internacional.
De ello no hay duda, para enfrentar la crisis social y económica que se avecina, el ciudadano presidente tendrá que adoptar decisiones en materia económica que afectarán su imagen.
Llegó la hora de pasar de las palabras a los hechos y dejar de lado los recovecos verbales.
Más temprano que tarde, ante la carencia de alimentos y la incapacidad hospitalaria para atender a la población enferma de coronavirus, la imagen del ciudadano presidente y el nivel de aprobación de su desempeño se verán afectados.
Las reservas internacionales del país no son interminables, al tiempo que la merma por la exportación del petróleo y la baja en la captación de divisas por turismo y envío de remesas, terminarán por plantear un panorama complicado.
Por lo pronto, todo indica que el ciudadano presidente no podrá dar superado el tema del coronavirus, al menos durante los próximos dos meses.
Salarios
La rebelión de los empresarios ante el deseo presidencial de que se mantengan los empleos y salarios para los trabajadores es más que evidente.
Ello lleva a plantear hoy más que nunca la necesidad de que se suscriba un pacto de solidaridad entre gobierno, patrones y empleados para que todos ganen y nadie pierda, aunque sea de manera parcial.
Los ingresos son necesarios para subsistir y el carecer de ellos, podría llevar a algo más allá de la desobediencia civil. Un escenario de irritación social y desesperación, con el sello del desabasto y la hambruna.